Paco Toledo, que más de medio siglo después de haber aterrizado con sus padres en las marismas de Los Palacios y Villafranca, no ha aprendido aún a decir que no a nada, se plantó el miércoles en el restaurante La Liebre solo porque la concejala de Bienestar Social, Carmen Mari Molina, le sugirió que a él le pegaba estar junto a los mayores en el día internacional que iban a celebrarle. Es más que notable su compromiso desinteresado con el programa de extensión universitaria de la Hispalense Aula de la Experiencia, y precisamente de la sede provincial más numerosa de esta iniciativa era la mitad de los comensales que se encontró en el famoso establecimiento palaciego. Lo que no hubiera podido sospechar, después de dejar a sus dos hijos en diversas tareas domésticas y a su mujer supuestamente en dirección a Valverde del Camino, donde trabaja ahora, era que toda su familia se había compinchado con los concejales y hasta con su numerosísimo alumnado para darle la sorpresa de que él fuera el Mayor Ejemplar 2025. Simplemente, un hombre acostumbrado a trabajar en bambalinas para subrayar el mérito de los demás no se esperaba ser él el protagonista.
Pero lo fue. “Paco representa ese espíritu activo de nuestras personas mayores”, dijo el alcalde palaciego, Juan Manuel Valle (IP-IU). “Siempre está involucrado en actividades culturales, en el Aula de la Experiencia y en cualquier iniciativa en la que se le pida colaboración. Su entrega desinteresada hace que nuestro pueblo sea mejor”. Paco Toledo no supo entonces dónde meterse, y menos aún cuando apareció su familia, que supuestamente estaba ese día tan atareada. Tal vez después de abrazarlos y de empaparse del aplauso de 200 personas empezó a creerse que lo que había dicho el alcalde podía ser cierto para los demás.
En medio de aquel almuerzo de convivencia organizado por el Consistorio, estaban también la presidenta del Centro de Participación Activa Municipal Villafranca de la Marisma, Carmen Cruz Cabezuelo, y la presidenta del Centro de Participación Activa Los Palacios y Villafranca, Catalina Fernández Requena. El regidor palaciego aprovechó el momento para poner en valor el papel de las personas mayores como constructores del estado de bienestar y defensores de los servicios públicos, especialmente la sanidad: “Vosotros sabéis lo que era tener que ir al médico de pago porque no había otra opción, o no poder estudiar porque había que trabajar desde niños. Por eso, sois los primeros en defender lo que tanto ha costado conquistar”, añadió.
Y a Paco Toledo nada la resultaba ajeno porque él mismo, con apenas 18 años, llegó con sus padres al poblado de colonización de Trajano. Estudiaba entonces Magisterio en Sevilla y terminó aprobando las oposiciones de maestro dos años y medio después. “Mi primer curso lo pasé en Écija”, recuerda él ahora, 52 años después y con una memoria nítida para los recuerdos de personas, hechos y aprendizajes.
No tardó en estabilizar su plaza de maestro en El Trobal, aquella otra pedanía que en vez de a Utrera, como a la que sus padres habían llegado desde Fuentes de Andalucía como colonos, pertenecía a Los Palacios y Villafranca. “De aquello mantengo mis mejores recuerdos”, asegura él medio siglo después, “porque se daban las circunstancias de una enseñanza de cercanía por la baja ratio, por la cercanía con las familias, porque toda la actividad cultural giraba en torno al colegio, aunque tantas veces pareciéramos misioneros en el lejano Oeste”.
Toledo se llevó 13 años enseñando en aquel Western suyo particular, hasta que decidió volver a opositar por la especialidad de Geografía e Historia en Secundaria. “Aprobé en Granada”, evoca con una sonrisa. “Aunque el primer año tuve un horario un poco infernal, por la tarde, tengo buenos recuerdos del IES Ponce de León, en Utrera, que fue mi primer destino”, dice quien estrenó el siglo XXI en el IES Diego Llorente del que ya era su pueblo, incluso de residencia, desde una década atrás, Los Palacios y Villafranca. Allí no tardó en hacerse director del centro, cargo que ejerció durante ocho años más, hasta que llegó su edad de jubilación, que no le supuso un punto y final, sino un punto y aparte parecido al de este mismo párrafo.
El Aula de la Experiencia
El profesor Toledo, de una vocación docente desmesurada, había vuelto a Utrera un lustro antes de jubilarse para enrolarse en aquel programa de extensión académica más allá de las aulas que la Universidad de Sevilla había empezado a implementar fuera de la capital. Sus cursos, elaborados por él mismo, empezaron a combinar la Historia de la Humanidad, de Europa, de España o de la comarca con las primeras tecnologías del ser humano, unos temas que apasionaron desde el principio a un alumnado tan distinto, el mayor de 50 años que conectaba incluso mejor con la pasión de aquel maestro incansable que, en los recesos, acostumbraba a cogerse una cola o un moño para seguir.
“A mí lo que me sobrecogió de este tipo de alumnado en Los Palacios es su capacidad para responder a cualquier estímulo o propuesta que se le haga. Es increíble”, reconoce quien se comprometió con el Aula de la Experiencia en su pueblo en el año 2012 y, desde entonces, no ha cesado de ofrecer asignaturas, programas, charlas o trabajos conjuntos que ha transformado la vida cotidiana de centenares de personas mayores en esta localidad: mujeres que no hubieran pasado del ganchillo o de la misa vespertina indagando ahora en distintas bibliografías sobre lo que se esté estudiando; hombres a los que ya no les interesa el dominó, sino las habituales clases de los martes o los jueves, con su café y su tertulia antes o después.
Cuando, poco después de la pandemia del Covid, planteó Toledo un trabajo conjunto, disciplinar y de investigación sobre el 500º aniversario de la primera Vuelta al Mundo de Magallanes y Elcano, “yo pensé que aquello no saldría”. Quizá confió poco en su propia capacidad de seducción, porque un nutrido grupo de sus propios alumnos no tardó en enganchar a otros en aquella indagación académica sobre las circunstancias concretas de aquellos hombres que se lanzaron a la primera aventura verdaderamente global.
No solo presentaron un riguroso trabajo, sino que levantaron una exposición interactiva y dramatizada en la Casa de la Cultura, montaron una obra de teatro y llevaron sus conclusiones a la propia Universidad de Sevilla como un grupo de investigación autónomo capaz de medirse, cara a cara y en un salón repleto de público, con estudiantes y profesores de todas las edades. Chari Dorado, Loli González, Teresa Fayos o Antonio Fernández, entre otros vecinos del pueblo que no había pasado de sus labores domésticas o sus talleres, se vieron de pronto sentando cátedra en los salones universitarios a los que Toledo fue capaz de llevarlos para que lucieran sus investigaciones al respecto de aquel proyecto de la circunnavegación con el que incluso publicaron un libro, como ya habían hecho con otros estímulos ofrecidos por el docente, como el relacionado con los objetos de la vida cotidiana que ya habían dejado de existir por la evolución tecnológica y que a sus nietos le podían parecer importados de otro planeta. El profesor Toledo era entonces el más joven de un grupo numeroso y creciente de jubilados imparables, aunque, como en la canción de Ana Belén, él pudiera entonar aquello de “Yo también nací en el 53”…
RadiUS
Como las inquietudes de Toledo son infinitas, más allá de convertir en habituales sus viajes organizados a Cádiz para explicar sobre el terreno la guerra napoleónica, por ejemplo, se le ocurrió combinar todo lo que aprendían y podían exponer con la magia de la radio, “un medio que yo no he descubierto hasta hace poco”, dice, humilde, como si ese descubrimiento no le hubiera abierto ya las puertas de la propia Facultad de Periodismo en Sevilla, cuyo estudio de radio utiliza más su propio alumnado que viene ya de vuelta de la vida que los propios estudiantes del grado universitario. El flamante grupo radiofónico, por otro lado, también se ha acostumbrado a colaborar con la asignatura de radio escolar que también imparten en el IES Almudeyne de Los Palacios y Villafranca, de modo que los programas intergeneracionales con los chicos de la ESO se han vuelto una de las joyas que pueden escucharse en la web del centro.
Un homenaje sencillo
Durante su intervención en el acto del Día de las Personas Mayores, el alcalde Juan Manuel Valle destacó la importancia de celebrar esta jornada como un momento de convivencia, pero también como una ocasión para reivindicar el papel activo y fundamental de las personas mayores: “Aunque venimos a disfrutar y compartir, no podemos perder de vista la parte reivindicativa, la importancia de que podamos festejar que estemos todas y todos juntos”, afirmó el regidor palaciego. “Cada año echamos de menos a amigos y amigas que ya no están, pero este acto también es una forma de poner en valor vuestra experiencia, vuestra sabiduría y vuestra solidaridad”. Valle felicitó especialmente al profesor Toledo por su “activismo y su ejemplo diario”. Y ya la comida tuvo su propio postre jubilar, la felicitación colectiva de un docente con 72 años que piensa morir con las botas puestas.
