La gran aventura de la cordobesa Clara, estudiando en la India con 17 años para conocer la empatía entre naciones

Ha pasado el curso con una beca en UWC Mahindra College, perteneciente a la red de Colegios del Mundo Unido, donde estudiaron la princesa Leonor y la infanta Sofía. Logró una beca tras un proceso de selección entre miles de alumnos

Clara Esquinas, en un Rikshaw con una amiga India por Jodhpur.
29 de junio de 2025 a las 21:03h

La joven Clara Esquinas, de 17 años, habla con tono inspirador al explicar la aventura que está viviendo. Puro entusiasmo. En sus palabras hay ganas de aprender, de salirse del tiesto y de contribuir a un futuro mejor.

Esta andaluza, natural de Córdoba, es la única española que actualmente estudia en el UWC Mahindra College de la India, que es uno de los 18 centros de la red UWC (Colegios del Mundo Unido). El suyo, además, se encuentra en una reserva de biodiversidad de 70 hectáreas en los Ghats Occidentales, una cordillera que discurre paralela a la costa occidental de la península india. Allí, en Pune, en India, a miles de kilómetros de su hogar, lleva viviendo un año. Rodeada de naturaleza.

“Es un sitio precioso, lleno de animales, de serpientes, de monos, de arañas”, comenta la estudiante, que duerme en una pequeña casa construida siguiendo la arquitectura tradicional. A diario, convive con gente de culturas muy diferentes, un gran aprendizaje en el que hace hincapié este movimiento educativo que surgió tras la Segunda Guerra Mundial para frenar conflictos de ese calibre.

Clara, en casa de una amiga en Delhi, celebrando Diwali.  CEDIDA

A esta red pertenece el ya conocido UWC Atlantic College, donde se formaron la princesa Leonor y la infanta Sofía, las hijas de los reyes Felipe VI y Letizia. “Estos colegios buscan usar la educación como un arma para conseguir la paz y un futuro sostenible”, dice Clara, que siempre ha tenido inquietud por el rumbo de la humanidad y por hacer de este mundo un lugar más empático.

Una aventura enriquecedora en India

Tras doce años en el Colegio Británico de Córdoba, Clara decidió echar la solicitud para una beca de acceso a este tipo de educación. Era complicado, solo había 12 plazas para españoles y se presentaron 850 candidatos. Sin embargo, logró superar el proceso de selección y, en septiembre de 2024 hizo las maletas. Hacia la India, ni más ni menos.

Hace casi un año pisó por primera vez este país asiático donde viviría con jóvenes de distintos continentes, posiciones sociales o religiones. “Cuando llegué me chocó muchísimo el tráfico. Hay muchos coches que no tienen cinturón de seguridad”, comenta entre anécdotas.

La cordobesa junto a sus compañeros del UWC Mahindra College en una conferencia internacional.  CEDIDA

Clara cursa el Bachillerato Internacional de una forma muy especial, en un ambiente multicultural que va más allá de asignaturas y clases.

“Si una persona conoce a gente de un país, entiende un poco más el porqué de su cultura, el porqué de su manera de actuar, de su religión. Y, así, hay más empatía. Cada vez que piensa en un país, piensa en un amigo suyo. Si Netanyahu hubiese compartido habitación con un palestino cuando era pequeño, seguramente tendría otro approach, otra manera de hacer las cosas”, reflexiona.

El objetivo de estos colegios es el entendimiento y la tolerancia entre personas. “Que se vea a los países como personas con sentimientos”, añade.

Durante su estancia, la cordobesa ha podido relacionarse con las comunidades que viven alrededor de Pune, ha compartido momentos únicos, ha participado en actividades, charlas, y excursiones de lo más enriquecedoras.

Clara, en un viaje a Udaipur.  CEDIDA
La joven junto a una amiga de Nigeria y otra de Uganda celebrando Ganesh Chaturthi, una de las mayores festividades del país.  CEDIDA

Además de aprender sobre sostenibilidad y cambio climático, y disfrutar de rutas de senderismo, ha participado en proyectos con ONG. Por ejemplo, ayudó a construir casas de bambú flotantes en la región más pobre de India, Bihar. “Con el cambio climático se derriten los glaciares e inunda las casas. Así, están todo el año en la tierra y cuando viene una inundación, suben con el nivel del agua, que puede ser cuatro o cinco metros, y entonces, en vez de destruirse, flotan”, explica.

Clara está viviendo una experiencia de la que asegura se siente afortunada. Horas de su vida cargadas de un aprendizaje muy valioso. “Yo creo que es mucho más importante formarse como persona. Obviamente, lo académico también lo es, pero debe ir acompañado de otro tipo de formación, de conocer otras culturas, de abrir la mente”, comenta.

Estudiantes del colegio de UWC.  CEDIDA

Pronto, cuando complete los dos años de esta formación, a la joven le encantaría estudiar Relaciones Internacionales. Su próximo destino aún está en el aire. “Estaba pensando Estados Unidos, esta red da muchas becas allí, pero con el problema que hay ahora del gobierno, no se sabe lo que va a pasar”, dice.

Por si acaso esta opción falla, tiene un plan B. Elegir un país de Europa. “Siempre me ha llamado mucho la atención la Universidad de Sciences Po en Francia. Quiero mejorar mi francés para, a lo mejor, acabar en el ambiente diplomático”, dice.

Vitalidad y pasión a Clara no le faltan. La joven rompe con todos los estereotipos que maldicen a la juventud española. En parte, gracias a su padre, que siempre ha sido un hombre amante de conocer otras culturas. De hecho, cuando Clara era pequeña, cursó clases de chino. “Siempre he tenido claro que quería estudiar fuera y ver el mundo”, añade la cordobesa, que anima a otros jóvenes a conocer esta beca, a su juicio poco conocida, que le ha regalado “una oportunidad tan buena y divertida”.

Sobre el autor

Patricia Merello

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