“¿Habéis cobrado ya la beca NEE? Yo aún sigo sin cobrarla, es una desesperación”, pregunta E.G en un grupo de Facebook. Todas las respuestas son negativas. Esta madre soltera de Chiclana forma una de las cientos de familias que han solicitado la ayuda que la Junta de Andalucía concede al alumnado con necesidades especiales educativas que requiere un apoyo específico.
Su hijo, de 14 años, con una minusvalía diagnosticada desde 2021, no puede asistir a las terapias porque el pago de la beca aún no ha sido ingresado. “El año pasado fue a terapias gracias a una ayuda del Ayuntamiento de Chiclana”, dice la madre, que realizó todos los trámites necesarios para validar su solicitud antes del 30 de junio de 2022, fecha limite para presentarla.
“Es la primera vez que la solicito, lo hago porque no tengo medios económicos”, cuenta a lavozdelsur.es. El 8 de noviembre recibió un agradable comunicado: la beca había sido concedida. En cambio, no fue hasta el 10 de enero cuando le notificaron que estaba en proceso de abono. Han pasado más de dos meses desde que supo que tendría esta ayuda, pero en su cuenta bancaria no hay rastro del dinero.
“No tengo ninguna incidencia, estaba todo correcto, pero nos dicen que está pendiente y que mire todos los días la cuenta”, explica la chiclanera, que continúa a la espera, sin poder llevar a su hijo a las terapias que necesita.
Según detalla, si le ingresaran el dinero en estos meses, no disfrutaría de las sesiones durante todo el período escolar y, pese a ello, “tendría que justificar los meses que la he usado y devolver todo el dinero que no haya utilizado”. No puede continuar el próximo curso con ese apoyo económico.
Para buscar una solución, la madre ha comunicado al centro los retrasos que se están percibiendo en el pago de estas becas y ha pedido abonar el importe una vez que reciba el ingreso. “No me quieren dar la terapia sin pagar”, comenta.
“Hay familias cuentan con un poder adquisitivo que les permite llevar a sus hijos a terapias y reponer el dinero, pero muchas madres no podemos continuar con las sesiones porque no disponemos de esa cantidad de dinero”, expone la madre, que considera que esta ayuda “es una gran estafa”.
Cristina Carmona, de Rota, familia monoparental, sí ha podido pagar las terapias de su hija Julia, de 12 años, mientras espera a recibir el pago, pero con mucho esfuerzo. “Ajustándome el cinturón, me cuesta llegar a fin de mes porque son caras”, dice la roteña, que se une a las madres que han alzado la voz ante estos retrasos.
Su pequeña, con síndrome de Asperger, asiste a un tratamiento con la psicóloga para su integración social. “Los niños que no pueden ir a terapia van para atrás, les afecta”, comenta. “Nos dicen que hablemos con los pedagogos o psicólogos para pagarles cuando llegue la beca, pero ellos también tienen que comer y tener un sueldo al mes, no pueden estar dando terapias gratis”, sostiene.
Para ella, es “una injusticia porque hay muchos padres y madres que no pueden dar esas terapias tan necesarias a sus hijos”. Ante esta situación que se detecta no solo en Andalucía, ella propone adelantar la fecha del pago a septiembre, al inicio del curso escolar, para poder contar realmente con esos recursos.
“Deberían cambiar tanto la fecha de presentación como de abono, porque está totalmente al contrario”, expresa Cristina.
Muchas de las familias afectadas, que están en contacto a través del grupo de Facebook, han enviado sus quejas al Defensor del Pueblo. Han contado su problemática y presentarán una reclamación conjunta con la esperanza de solventar este retraso tan perjudicial para la rutina de sus pequeños.
“Todos los padres queremos lo mejor para nuestros hijos, si no estamos llevándoles a terapia es porque no podemos”, sostienen.
Comentarios