La presencia esta tarde en Madrid de la secretaria general de la UGT Andalucía Carmen Castilla no ha pasado desapercibida para algunos observadores políticos. Primero porque se desarrolla en la residencia del embajador británico Hugh Elliott, segundo porque Castilla comparte mesa con Fátima Báñez exministra y actual presidenta de la Fundación CEOE —ambas son andaluzas— y con María Romero, socia directora de Analistas Financieros Internacionales.
El evento se denomina Beer and economics y abordarán la situación del mercado laboral en España y sus perspectivas de futuro. Y hay un tercer aspecto no menos destacado y es que se trata de un encuentro informal con “economistas de primera línea”, pero cerrado a la prensa según fuentes de la propia embajada. Con lo cual todo quedará entre las ponentes, el público y las cervezas.
De un tiempo a esta parte el nombre de Carmen Castilla ha sonado en más de un despacho, se hizo cargo de la UGT en el peor momento de la historia del sindicato y ha logrado estabilizarlo tras un reciente acuerdo con la Junta de Andalucía pero también con una labor callada y organizada que la ha situado en el candelero político en más de una ocasión. La tentación de contar con Castilla en estos meses decisivos es un comentario que ella descarta pero que se está produciendo dada la previsible crisis en el PSOE si los resultados en las municipales andaluzas no son los previstos, en la línea de lo que apuntan las encuestas.
María del Carmen Castilla Álvarez es licenciada en Psicología por la Universidad de Sevilla y en Derecho por la UNED, y su experiencia profesional arranca como enfermera en el hospital de San Lázaro de Sevilla, desempeñando luego diversos cometidos en la red pública de salud como subdirectora de atención a la ciudadanía y directora de enfermería. Es secretaria general de la UGT Andalucía desde el año 2014, cargo que desempeña en la actualidad.
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Fátima Báñez y Carmen Castilla mantienen una buena relación personal y comparten ese punto de vista aceptado de que la cerveza es un excelente barómetro de la economía. La cerveza podría considerarse un bien normal, lo que significa que la demanda aumenta a medida que aumentan los ingresos, o un bien inferior, lo que significa que la demanda disminuye a medida que disminuyen los ingresos. También, cuando los precios de la cerveza suben, algunos consumidores podrían optar por alternativas más baratas como el vino o el licor. Lo que quiere decir que cuando las cosas van bien se consumen más cervezas que cuando van mal por lo que es un excelente barómetro de la economía.
Amén de apreciar la cerveza andaluza Fátima y Carmen saben que la zona de España donde más cerveza se compra es el sur y que en este momento hay 296 fábricas de cerveza activas en nuestro país. El gasto per cápita anual en cerveza es de 30,35 €y el de la cerveza sin alcohol en los hogares españoles supera los 221 millones de euros anuales. El sector cervecero produce una media de 38 millones de hectolitros y los tres países productores de cerveza por excelencia en Europa son ahora mismo Alemania, Polonia y España.
La industria cervecera también tiene una gran interacción entre los gobiernos (política) y los mercados (economía). Durante siglos, los impuestos sobre la cerveza o sus materias primas fueron una importante fuente de ingresos fiscales para los gobiernos. Los gobiernos también han regulado la industria cervecera por razones relacionadas con la calidad, la salud y la competencia.
Aproximadamente 2.000 millones de hectolitros. Ese es el volumen de cerveza que se produce en el mundo cada año. Y si bien es cierto que tradicionalmente se vincula a Alemania con el consumo de esta bebida alcohólica, el país europeo no es ni mucho menos el principal productor cervecero a nivel global. Dicha posición la ocupa China, con una producción anual superior a los 350 millones de hectolitros.
Tampoco es alemana la marca de cerveza más valiosa del mercado, sino estadounidense. Se trata concretamente de la Budweiser, valorada en casi 15.100 millones de dólares. Ahora bien, la situación cambia si el foco se dirige al Viejo Continente.
En Europa, el liderazgo de la industria germana es evidente, con una producción que supera en más de 45 millones a los otros dos grandes productores europeos: Polonia y España. Según datos que aporta la web estadísticas Statista.
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