Ocho tortugas bebés nacidas en un zoo de Málaga volverán al mar con marcadores

El equipo de Bioparc Fuengirola ha seguido un protocolo estricto para incubar nueve huevos recogidos de una playa de Marbella de los que uno de ellos no ha eclosionado

Eclosión de tortugas bobas en Bioparc Fuengirola, en Málaga.
Eclosión de tortugas bobas en Bioparc Fuengirola, en Málaga.

Ocho tortugas marinas han nacido en Bioparc Fuengirola tras 49 días de incubación controlada en los que el equipo encargado ha desarrollado un estricto protocolo con el que garantizar los mismos niveles de humedad, temperatura e iluminación que en su nido original.

Han eclosionado ocho huevos de los nueve que fueron recogidos en junio por el personal técnico del Centro de Gestión del Medio Marino de Algeciras en la playa de Nueva Andalucía, en Marbella. Los más de 70 restantes hallados fueron identificados y protegidos. 

Tras asegurar que todos los huevos localizados se encontraban en perfecto estado y que el nido se situaba en un lugar seguro, el Cegma, organismo dependiente de la Junta de Andalucía y gestionado por la ONG Seashore Fauna, solicitó ayuda a Bioparc Fuengirola para que participara en esta identificación y posterior incubación controlada de nuevos huevos del nido. 

Tortugas recién nacidas.
Tortugas recién nacidas. 

Durante estos casi 50 días, el equipo de Herpetología ha estado en contacto con los técnicos del Cegma para compartir datos referentes al estado de ambas incubaciones. “En nuestro caso, al contar con acceso directo a los huevos, sí podemos ver el estado real de todos. Estos datos los facilitamos para ellos puedan extrapolarlos al nido que se encuentra en la playa. Cuando aquí ya apreciábamos venitas o movimientos, allí debería de haber sido lo mismo”, explica Milagros Robledo, responsable de Herpetología, en una nota.

“De los nueve huevos, finalmente han eclosionado de forma exitosa ocho. Uno de ellos no llegó a calcificarse y durante la incubación hemos ido observando cómo era posible que fuera infértil”, sostiene. 

Según explica, el proceso de incubación en el centro de conservación ha transcurrido entre dos incubadoras diferentes, que los técnicos han mantenido a una temperatura de 30,5 y 29,5 grados centígrados. Con esta incubación controlada, el parque ayuda a garantizar la viabilidad del mayor número de huevos posible.

"La decisión de trasladar nueve huevos a una incubación controlada no es algo casual. Con esta actuación, se asegura una representación de la puesta que siga adelante de forma exitosa, en el caso de una tormenta, inundación del nido o predación o saqueo de huevos. Un protocolo de actuación común que se pone en marcha con todos los nidos de tortugas identificados en las costas de España", detalla el equipo.

Durante este mes y medio, el equipo de Herpetología ha realizado un seguimiento diario del estado de los huevos, controlando en todo momento los niveles anteriormente nombrados. Los técnicos del Cegma han realizado un monitoreo del estado de la temperatura y la humedad del nido localizado en la playa marbellí, a través de varios data loggers con los que han recopilado esta información sin necesidad de abrir el nido e interrumpir la incubación. 

Uno de los ejemplares incubados.
Uno de los ejemplares incubados.

Las crías recién nacidas pasarán un periodo de cuarentena de unas cuarenta y ocho horas antes de ser trasladados al Cegma de Algeciras, junto con las crías nacidas en la playa. "Aunque en un entorno natural, al nacer caminarían directamente hacia el mar, el pequeño tamaño de estas tortugas marinas les convierte en presa fácil para peces o gaviotas. Deberá pasar un año hasta que sean liberadas al mar, momento en el que su tamaño garantizará su supervivencia en la gran y larga travesía que les espera por el mar", explican.

Futura equipación con marcadores satelitales 

Algunas de las tortugas pertenecientes a esta puesta serán equipadas con marcadores satelitales con los que realizar un seguimiento de sus trayectos en el medio natural una vez sean liberadas al mar. En el caso de las incubadas en Bioparc Fuengirola, cinco de las ocho irán equipadas con este dispositivo. “Este seguimiento nos aportaría valiosa información sobre el desarrollo de estos individuos una vez superado el primer año de vida y si hay algún cambio en los patrones de dispersión y de supervivencia en las que se han incubado artificialmente frente a las que han nacido de forma natural en la playa”, explica Rosa Martínez, veterinaria en el parque.

Es la segunda vez que el centro de conservación malagueño colabora con el Cegma en incubaciones controladas. Ya lo hizo en 2020 con la incubación de algunos de los huevos de un nido de tortuga boba localizado en las playas de Fuengirola. Un año después participaba en la suelta de un grupo de crías de tortugas bobas (Caretta caretta), en la playa de los Boliches y la de Cabo Pino, entre las cuales se encontraban algunas equipadas con los marcadores satelitales, conociendo hasta día de hoy las áreas visitadas tras su liberación.

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Patricia Merello Guzmán

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