Muere Buba: una niña rompió su hucha para que la querida elefante llegara hace 35 años al Zoo de Jerez

La elefante hembra fue trasladada hace unos años a Hungría, al Zoo de Sosto, para ser madre, y llegó a 'cumplir su sueño' en 2021

Muere Buba, la querida y añorada elefante que llegó hace 35 años al Zoo de Jerez.

Buba no fue un ejemplar cualquiera en el Zoo de Jerez. Se convirtió en un icono y en un entrañable recuerdo para cientos de niños y niñas de la ciudad que hoy sobrepasan los 40 años.

La elefante hembra fue trasladada hace unos años a Hungría, al Zoo de Sosto, para ser madre, y llegó a cumplir su sueño (en 2021), pero ahora el parque jerezano comunica la triste noticia de su muerte, 35 años después de su llegada al zoobotánico Alberto Durán, convertido en una de las referencias de conservación e investigación en Europa.

La joven Buba en el Zoo de Jerez.   ZOO DE JEREZ

Buba tenía 72 años y estuvo un cuarto de siglo siendo la gran atracción del Zoo de Jerez, y solo perdió protagonismo con la llegada de Kiyosu, el famoso tigre blanco. El proyecto no fue fácil y hubo que pedir ayuda a muchas empresas de Jerez, que se sumaron al sueño y, colaboraron para traer al parque, por primera vez en su historia, a un “elefante africano”.

Nada mas llegar los niños le pusieron nombre, a través de un concurso. Buba fue por siempre y por siempre será. Desde que se fue hace 12 años, una escultura la recuerda.

La elefante Buba llegó al Zoológico de Jerez un 11 de marzo de 1988, procedente del Parque Nacional de Etosha en Namibia (África). "Los elefantes necesitan mucho espacio para vivir, así que en la reserva donde vivían, debían de hacer una caza selectiva y de esta forma quitar a 14 crías. En nuestro parque tuvimos noticias de ello y, José Miguel Cantos, director en esos años, se propuso salvar a una de las crías. Desde Lisboa se repartieron los ejemplares por toda Europa, y entre ellos, estaba Buba", recuerdan desde las instalaciones municipales. 

Entre las muchas anécdotas vividas en el proceso, destacan, sobresalió el acto de generosidad de la niña Helga Manzano, que rompió su hucha para ayudar a que Buba viniera.  Todos hemos disfrutado y aprendido con ella, vivió con nosotros más de 25 años, pero se hizo mayor y le llegó la hora de ser madre. Ese fue el motivo por el que se trasladó a Hungría, donde se unió a un grupo reproductor, siguiendo las directrices del coordinador de la especie".

¿Se puede uno emocionar por la muerte de un elefante? Sí, es posible porque Buba forma parte de la infancia, de los recuerdos y de una memoria sentimental que se va con su partida. Siempre en el corazón de los niños y niñas de Jerez, Buba.

Hasta siempre Buba.

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