Impulsando el "hobby cultivo" desde Guadalcacín: así enseñan a montar un huerto ecológico en casa

El huerto del abuelo, una empresa nacida en Conil hace 30 años, amplía su radio de acción con unas instalaciones ubicadas a las afueras de la ELA jerezana en la que cultiva solo en ecológico

Raúl Vanegas y Miguel Narváez, de El huerto del abuelo, en uno de los invernaderos que tienen en Guadalcacín.

En la puerta de una finca de 15.500 metros cuadrados, a las afueras de Guadalcacín y en paralelo al acceso a la autopista AP-4 que conecta con Sevilla —en la calle llamada Colonia de Caulina—, se puede leer “El huerto del abuelo”, con una flecha que indica donde está la entrada. “Plantas ecológicas”, pone justo debajo. El letrero lleva unos pocos meses, los que hace que la empresa adquirió estos terrenos, aunque la compañía cuenta con tres décadas de vida.

El huerto del abuelo nació en la localidad jandeña de Conil hace 30 años, cuando Miguel Narváez empezó a producir plantones para surtir a los agricultores de la zona. En un primer momento, de unas pocas variedades de tomate, pimiento y berenjena. Con el paso de los años, se fueron adaptando a la demanda de sus clientes, que fueron variando. Siguen siendo agricultores, aunque en menor medida, ahora también llegan a grandes superficies, particulares y supermercados.

Miguel Narváez, de profesión informático, trabajaba para la marca Purina antes de emprender su proyecto en solitario. Entonces se propuso “llevar el producto de los pueblos a la ciudad”. “Mucha gente urbanita conoce a alguien con huerto, de ahí el nombre que le puse, buscando esa conexión”, relata a lavozdelsur.es. Además de proveer a agricultores, ahora también forman a quienes quieran iniciarse en la agricultura ecológica. En el “hobby cultivo” que lo llaman ellos, refiriéndose a los particulares que tienen su pequeño huerto en su terraza o su patio.

La parcela de Guadalcacín, del mismo tamaño que la que El huerto del abuelo tiene en Conil desde hace 30 años, cuenta con varios invernaderos. Uno de ellos dedicado a la venta de plantones, así como de las herramientas necesarias para su cuidado. En unos meses, también quieren poner en marcha cursos de formación de agricultura ecológica. En otro de los invernaderos hay aguacates, papayas, guindillas, tomates… y un sinfín de variedades de hortalizas.

Plantones de apio que vende El huerto del abuelo.  JUAN CARLOS TORO

La empresa cultiva y vende hasta 150 tipos de hortícolas, como 25 variedades de pimiento, 32 de tomate, seis de cebolla, 17 para ensaladas —lechugas, rúcula, canónigos—, ocho de sandía... Y más de 40 plantas aromáticas distintas. La sociedad va pidiendo cada vez nuevos sabores, aunque en el empuje también tienen que ver mucho los chefs. “Vamos de la mano de esa evolución”, incide Narváez. De hecho, fueron de los primeros en cultivar estevia en la provincia —un edulcorante natural sustituto del azúcar— o el tomate azul, que entró en Andalucía por Málaga.

“Mucha gente no se fía del producto que le ofrecen ciertos supermercados, porque no saben si están tratados o no. Cuando tú lo cultivas es más caro, pero sabes lo que estás comiendo”, dice el fundador de El huerto del abuelo para explicar esta tendencia. De ahí que quieran enseñar a quien esté interesado a montar su propio huerto ecológico. “Mucha gente quiere recuperar sabores de su infancia que creía perdidos”, señala.

Para ello se apoya en la experiencia y saber hacer de Raúl Vanegas, un experto en agricultura ecológica nacido en Colombia que lleva 20 años residiendo en la provincia, donde se ha seguido formando y aprendiendo. “La mayoría de ayudas europeas ya se destinan a cultivos ecológicos”, explica Vanegas, quien destaca la fuerte apuesta que se está haciendo en España en este sentido.

Aguacates plantados en uno de los invernaderos.   JUAN CARLOS TORO

“En mi país, casi por obligación —por falta de medios—, se practica la agricultura ecológica y sabemos bastante de eso”, abunda el experto, quien se encarga de que los cultivos estén libres de sustancias tóxicas. “Lo que se pretende es que haya abejas, porque son como el dios para las plantas. Las abejas son el indicador de que no hay contaminación ni veneno”.

“De nuestros inicios dedicados a surtir a agricultores hemos ido derivando en una forma más natural de producir, lo que el mercado y la sociedad nos iba demandando”, explica Narváez. “Sobre todo la gente joven está muy mentalizada y demanda más productos sostenibles y ecológicos, algo que antes no pasaba”, argumenta, basándose en el perfil de clientes que tienen, sobre todo, a través de la tienda online, donde cada vez compra más gente de entre catorce y 21 años.

Andalucía es, de hecho, la comunidad líder en superficie ecológica certificada y cumple, ocho años antes de la obligatoriedad por parte de Europa, con el requisito de tener el 25% de su superficie cultivada en ecológico, prevista para 2030 según el objetivo establecido por el Pacto Verde Europeo (The European Green Deal). Ya tiene el 29%, con un total de 1,3 millones de hectáreas según datos de 2021. Córdoba, con 251.000 hectáreas, Huelva con 207.000 y Cádiz con 206.000, encabezan el ranking de provincias andaluzas.

España es el líder europeo en superficie y producción ecológica y es la tercera potencia a nivel mundial, solo por detrás de Australia y Argentina. Ya hay más de 2,4 millones de hectáreas sembradas en ecológico en todo el país, un 10% de la superficie agraria útil, aún lejos del 25% que exige Europa para 2030, pero se va bien encaminado. España copa el 2% del comercio ecológico mundial, que produce más de 2.500 millones de euros en el país.

Tienda de plantones y herramientas de El huerto del abuelo. JUAN CARLOS TORO
Miguel Narváez, fundador de El huerto del abuelo.  JUAN CARLOS TORO

Pero, ¿qué es la agricultura ecológica? Para ser considerada ecológica, no se pueden utilizar fertilizantes y/o fitosanitarios químicos o sintéticos, así como semillas y otros organismos modificados genéticamente; tampoco aditivos, conservantes y técnicas de irradiación. A El huerto del abuelo lo certifica la empresa Servicio de Certificación, CAAE, S.L.U., una de las compañías que se encargan de expedir certificaciones en Andalucía.

“La tendencia ya se empieza a notar, aunque está llegando más tarde que a ciudades como Madrid, Barcelona o Bilbao”, apunta Miguel Narváez, cuya empresa también monta los huertos escolares que la Junta de Andalucía impulsa en los colegios andaluces. “Los centros los montan y nosotros les mandamos las plantas”, explica. El producto varía dependiendo de la temporada. Col, brócoli, coliflor o cebolla en otoño, tomate, pimiento o berenjena en invierno.

Con esta filosofía, y abarcando cada poco nuevos mercados, El huerto del abuelo, que también vende plantas hortícolas y aromáticas a grandes superficies bajo la marca Family garden, tiene 500 puntos de venta en todo el país —sobre todo en viveros—, una treintena de trabajadores en las épocas de mayor actividad y una facturación anual que supera los 1,8 millones de euros. "Queremos producir las plantas aromáticas ecológicas que se venden en supermercados, es nuestro próximo objetivo, y esas se van a producir solo aquí en Guadalcacín", apunta Miguel Narváez, un informático que hace 30 años cambió el teclado por el terruño. 

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