Los embalses de Andalucía cerrarán el verano con una pérdida de casi una cuarta parte de sus reservas de agua. Tras iniciar la época estival al 57,5% de su capacidad, gracias a las lluvias de otoño y primavera, la comunidad finalizará la temporada en torno al 45%, lo que supone unos 1.600 hectómetros cúbicos menos. El consumo de agua este verano —a falta de los datos de la última semana— ha sido superior al del pasado, cuando las restricciones eran más duras debido a la sequía. En eso tiene mucho que ver la enorme afluencia turística que multiplica la población. La mejora de las lluvias en 2024 y 2025 permitió relajar medidas y “abrir el grifo”, aunque la situación sigue siendo delicada. Según datos recopilados por EFE, la comunidad, con una capacidad de casi 12.000 hm³, llegará a finales de septiembre con menos de 5.400 hm³ almacenados.
Aun así, el panorama es mejor que el de 2024, cuando Andalucía terminó el verano al 29%, tras iniciar la estación con un 40,6%. Por cuencas, la del Guadalquivir pasa de rozar el 57% a caer al 43%, con una bajada del 23,5% en sus reservas, que se sitúan en 3.504 hm³. Más grave es el caso de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas, muy afectadas por la presión turística y por la sequía en Málaga y Almería, donde la reducción alcanza el 36%, aunque se mantienen en torno al 36% de capacidad.
En la cuenca Guadalete-Barbate, la bajada ha sido del 16%, cerrando el verano al 43%, mientras que la del Tinto-Odiel-Piedras-Chanza terminará al 55%, un 20% menos que a finales de junio. La Junta de Andalucía ha recordado que los comités de sequía se reunirán en otoño, tras cerrar el año hidrológico el 30 de septiembre, para evaluar nuevas medidas. Desde el Gobierno autonómico insisten en que “no hay que bajar la guardia” ante un verano extremadamente caluroso y sin previsión de lluvias.
La situación más preocupante se vive en Almería, con el embalse de Cuevas de Almanzora al 6,5% y el de Benínar al 12,5%. En contraste, en Málaga algunos embalses han mejorado notablemente: Conde de Guadalhorce roza el 53% y La Viñuela se sitúa cerca del 44%.
Las previsiones de la Aemet no son alentadoras: el otoño meteorológico, iniciado el 1 de septiembre, tiene “alta probabilidad” de ser más cálido de lo normal y, además, podría llover menos de lo habitual. Según sus cálculos, existe un 45% de opciones de que falten entre 10 y 50 litros por metro cuadrado para alcanzar la media de precipitaciones. Este verano, además, ha sido ya catalogado como el más cálido de la serie histórica, con registros que se remontan a 1961.
