Varios grupos de personas llevan tiempo denunciando la situación que comienza a vivirse en algunos ríos de la provincia de Cádiz. Este jueves, un usuario en redes sociales mostraba imágenes de peces muertos en el Salado, un pequeño río de unos 18 kilómetros de longitud que desemboca directamente en el Atlántico.
En este momento, no es sencillo determinar la causa. Pero todo apunta, por desgracia, a una consecuencia más de las altas temperaturas que, para este tiempo, se están produciendo. En algunos puntos de Andalucía, en pleno mes de octubre se rozan los 40 grados. Así, el 'verano' está ocupando en 2023 casi seis meses, tras su llegada adelantada al final de la primavera.
El calor provoca que, si no se regenera bien el río, decrezca el nivel de oxígeno, provocando muertes masivas de peces, unas imágenes que se relacionan habitualmente con olas de calor. El último gran fenómeno tuvo lugar hace seis meses en Australia, y también ha podido verse en zonas protegidas como el Amazonas.
El Salado no es el único río que vive esta situación, ya que puede comenzar a verse en el Guadalete, o en el río Guadiaro, entre Málaga y Cádiz, aunque los ecologistas hablan de que se ha secado a consecuencia del riego.
Detrás de muertes de peces también hay a menudo causas más locales, como aumento de algún elemento que resulte tóxico para la fauna. Por ello, no puede achacarse siempre este fenómeno de la muerte masiva de peces al aumento de temperaturas, si bien el hecho de que se esté dando en varios puntos señala esta como una de muchas consecuencias del cambio climático.
