Un escritor, periodistas y, también, ex ministro. Uno de los más fugaces de la historia de la política en España, en el programa de Antena 3 que consiste en acudir a actuar vestido con un disfraz rocambolesco a la espera de que un jurado sepa quién está detrás, Mask Singer. En esta ocasión, vestido de gamba.
Interpretando la canción Vente pacá, de Ricky Martin, apenas dio pistas de quién podía ser. Pero el ojo de Los Javis, y el oído, pusieron el resto. Malú y José Mota no daban con la tecla. Pero Javier Ambrossí lo había calado.
El hombre bajo el disfraz de gamba era, nada más y nada menos, que Máximo Huerta. El que fuera primero presentador de informativos (contó el 11-S en Telecinco), pasó luego al mundo del corazón, comenzó a escribir novelas de éxito y recibió la llamada de Pedro Sánchez para ser su primer ministro de Cultura. Un escándalo fiscal le obligó a dejarlo apenas una semana después, acorralado por la presión.
Sin embargo, Huerta ha sabido reinventarse. Tras unos meses desaparecido de los medios, primero concedió una entrevista para contar lo que había sentido aquellos días. No se declaraba inocente de los cargos, sino que reveló algo que resultó ser cierto: muchas personas en el mundo de la televisión facturaban sus ingresos a través de sociedades unipersonales. Sobre el papel parecía legal, pero ante un juzgado era difícil de justificar y suponía un fraude a la Hacienda pública.
También ayudó a su restitución pública un programa en TVE, obviamente. Pero, sobre todo, la trayectoria de Huerta pasa por ser a día de hoy escritor y continuar con colaboraciones televisivas. TIene un público lector fiel y ha indicado que jamás volvería a aceptar algo parecido a lo de aquellos días de junio de 2018 en que fue ministro de Cultura.
Anoche, cantó bajo un disfraz de gamba. Son otros tiempos.