Hay una grieta en todo. Y así es como entra la luz: con más y mejor trabajo en equipo

En estos momentos de crisis ligada al coronavirus, de grietas en los proyectos y en la vida, me parece fundamental hablar de la importancia y la necesidad de que se trabaje en equipo

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Profesor de la EASP. Médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y Doctor en Medicina por la Universidad Autónoma de Barcelona.

Un equipo de trabajo, en una imagen de archivo.
Un equipo de trabajo, en una imagen de archivo.

En estos momentos de crisis ligada al coronavirus, de grietas en los proyectos y en la vida, me parece fundamental hablar de la importancia y la necesidad de que se trabaje en equipo, y que ello permita conseguir el éxito para la ciudadanía. Trabajar en equipo no es una tarea fácil y liderar a un grupo de personas para conseguir un objetivo común no es fácil.

Todos hemos tenido experiencias positivas y negativas cuando se trata de conseguir un equipo de trabajo dispuesto a alcanzar el éxito tanto en proyectos grandes como pequeños. Y cuando se es el/la líder hay que conocer a cada integrante para poder aprovechar al máximo sus habilidades, reconociéndolas y contrarrestar sus debilidades.

A veces en lugar de éxito, pasa que una buena idea termina siendo un fracaso porque uno o varios de los involucrados no cumplieron con su parte. Es importante poner en práctica ciertas claves o principios que incentiven al equipo y lo orienten hacia el éxito.

Reglas claras

El primer paso para que un equipo funcione debe ser obligatoriamente tener las normas establecidas y muy bien explicadas desde el comienzo. No importa si hay diferencias de opinión. Se debe dejar claros los tiempos de entrega de cada proyecto y el papel que desempeña cada persona del grupo de trabajo y esto debe establecerse desde el primer momento.

Confianza grupal

La confianza permitirá que el trabajo se desarrolle de la mejor forma. Se trata de crear un ambiente de trabajo que les permite a cada uno desarrollar su personalidad y darse a conocer hasta entrar en confianza con los compañeros. Esto generará una empatía mutua que hará que realicen sus tareas grupales de una forma más satisfactoria. Así, cada persona confía en el buen hacer del resto de sus compañeros/as y acepta anteponer el éxito del equipo al propio lucimiento personal

Responsabilidad compartida

Ser parte de un equipo implica ceder un poco de individualidad a favor de la colectividad. Esto significa que los logros no pertenecen a una sola persona, y por lo tanto tampoco los fracasos. Un buen líder motiva en su equipo la responsabilidad compartida. Si hay un éxito se celebra en grupo. Si hay un problema también se soluciona en conjunto.

Tareas divididas

Ni el líder ni ningún otro trabajador de la organización o pueden tomar atribuciones que no le corresponden. Cada uno ocupa un puesto valioso que de no estar presente en la ecuación alteraría de forma negativa el resultado final.

Sentido de pertenencia

El desarrollo de una identidad con común es indispensable en el camino al éxito grupal. Por lo general nos identificamos con algo y somos capaces de defenderlo incluso sin obtener nada a cambio. Ello hará que lo defiendan a capa y espada y lo lleven hasta el éxito. Esto se logra definiendo la importancia de cada integrante y fijando principios comunes que los identifiquen como unidad.

Toma de decisiones en conjunto

Una reunión de equipo, en la cual se pongan sobre la mesa planteamientos, alternativas, ideas y más es una excelente forma de integrarse y además aprovechar el talento individual para determinar junto cuál es el mejor camino a seguir.

Comunicación efectiva

La comunicación es esencial para alcanzar el objetivo planteado. Deben existir los canales adecuados para que los integrantes hablen, se escuchen y se retroalimenten. Puede ser a través de una red interna, en reuniones, vía telefónica, correo electrónico o Whatsapp. La comunicación abierta entre todos las personas de un equipo, es esencial para poder coordinar las distintas actuaciones individuales.

Y a ello le añadimos:

1. Complementariedad: cada miembro domina una parcela determinada. Todos son necesarios para sacar el trabajo adelante.

2. Coordinación: el grupo debe actuar organizada y coordinadamente. El equipo funciona como una maquinaria con diversos engranajes; si uno falla el equipo fracasa.

3. Compromiso: cada miembro se compromete a aportar lo mejor de sí mismo.

Todas estas claves ayudan a conseguir el éxito. Y para ello, es fundamental la existencia de tres ejes básicos:

A. Buenas relaciones interpersonales, que ayudan a conseguir la sinergia de mantenimiento.

B. Reconocimiento del saber (y decirlo).

C. Proyecto común.

El segundo y tercer punto conllevan la sinergia efectiva.

Y a estos tres ejes básicos, hay que sumarle el liderazgo con h-alma, la participación de todos y todas y la comunicación como cemento. Todo ello nos conduce a un cambio necesario. Imprescindible. En equipo a poder ser. En equipo de verdad.

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