Gordofobia

Las personas con más peso se enfrentan cada día a espacios que les dicen que su cuerpo no cabe, incluso poniendo en riesgo su salud

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Profesor de la EASP. Médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y Doctor en Medicina por la Universidad Autónoma de Barcelona.

'Gordofobia', una artículo de Joan Carles March.
'Gordofobia', una artículo de Joan Carles March.

La obesidad es una enfermedad que afecta a 650 millones de personas en todo el mundo. Lo que inicialmente era un problema de salud se ha acabado convirtiendo también, por desgracia, en un problema social.

Los estudios parecen indicar que la razón fundamental de los prejuicios hacia ese colectivo es la creencia extendida de que controlar nuestro peso depende enteramente de la fuerza de voluntad.

Sin embargo, la ciencia ha puesto de manifiesto que la obesidad es una enfermedad muy compleja y multifactorial. Es decir, influyen muchas variables en su desarrollo y mantenimiento (genéticas o metabólicas, por ejemplo) que escapan de nuestro control en numerosas ocasiones. Aunque, obviamente, el estilo de vida contribuye.

A pesar de las evidencias empíricas, gran parte de la sociedad sigue pensando que el exceso de peso se debe a que las personas afectadas por él son vagas o hacen poco ejercicio. Estas ideas distorsionadas influyen en el retrato que se hace de los personajes con obesidad en los medios de comunicación.

Y todo ello viene porque hace unos días murió Itziar Castro de un paro cardíaco.

Y a partir de allí hemos podido recoger muchos mensajes, muchos de ellos llenos de gordofobia, muchos de ellos de cariño hacia Itziar.

Empezamos con las emotivas palabras de la madre de Itziar Castro en el velatorio de su hija: “No vengo de negro, vengo de rojo, porque Itziar era roja, roja de luz, roja de vida” "Itziar era luz. Pasará a la posteridad por lo que ha hecho, por defender la igualdad de todo el mundo" "Pasará a la posteridad por defender lo imposible (...) A veces pienso que este era su momento". Y manda un mensaje a los padres de hijos LGTBI.

@Lidia_San_Jose decía en X: "Itziar Castro defendía los derechos y la libertad de ser tú. Habló abiertamente del bullying que sufrió y ella ya no os puede leer, pero su familia y amistades sí. ¿Qué tipo de personas sois quienes hasta hoy volcáis odio en redes? ¿Qué tenéis en el corazón?".

Carolina Aguirrezabal decía por otra parte en facebooklife Lili: "Ayer nos enteramos de la mala noticia. Fallecía @itziarcastro. Las redes sociales se llenaron de mensajes de amor, de admiración, de poner en valor su forma de estar en el mundo. Mensajes en los que se comentaban todos sus papeles, sus intervenciones en programas, su trabajo. Mensajes valorando su activismo, sus luchas. Amor, sororidad, solidaridad. Si. Ayer todo fueron palabras preciosas sobre una persona increíble. Dejadme que obvie y no comporta absolutamente nada de lo demás, ella no lo merecía. Buen viaje compañera. ¿A qué es preciosa está ilustracion de @sharalimone?".

La gordofobia se define como el odio, rechazo y violencia que sufren las personas gordas por estar gordas. También se puede entender como el miedo a la gordura, a la propia (gordofobia interiorizada) y a la ajena. Se caracteriza por actitudes negativas, estereotipos y prejuicios hacia las personas gordas y pueden estar acompañados de actos de violencia física, moral, verbal o física.

La gordofobia es estructural y sistémica. Las personas con más peso se enfrentan cada día a espacios que les dicen que su cuerpo no cabe, incluso poniendo en riesgo su salud, por ejemplo, con los cinturones de seguridad que no les sirven en los transportes públicos. Viven en un escrutinio continuo en el que se adivina y se juzga su salud, sus hábitos, y su personalidad, solo por lo que ocupa su cuerpo. Lo estamos viendo estos días tras el anuncio de la muerte de la actriz Itziar Castro, que ha inundado las redes de mensajes de odio y gordofobia.

Desde el sistema se les oprime mediante el acceso a transporte y espacios públicos, y falta de oportunidades de movimiento. Se les tilda de poco deportistas y perezosos, pero pocos son los gimnasios o centros deportivos para que personas con mucho peso puedan hacer deporte. En el ámbito científico y sanitario se habla más de “sesgo de peso” o “estigma de peso” que es esa inclinación para hacer juicios de valor hacia la persona únicamente sobre la base de su peso.

El estigma de peso, además, crea estereotipos, y da por hecho que las personas con cuerpos más grandes no comen de forma saludable, no hacen deporte, están deprimidos, son torpes y descuidados y no tiene voluntad ninguna. ¿Alguna cosa más? Sí, se me olvidaba, cualquier enfermedad que padezcan es achacable a su peso. Como si los delgados no enfermáramos y la delgadez nos protegiera de enfermedades, como las vacunas...

Un estigma asociado a un grupo de personas con características similares se convierte en un estigma social, ¿Y qué significa un estigma? Se refiere a una condición, atributo, rasgo o comportamientos que hace que su porteador genere una respuesta negativa y sea visto como culturalmente inaceptable o inferior. Bajo el manto todopoderoso del estigma, se llega a la exclusión social, mediante las burlas, insultos, barreras y obstáculos, existiendo así una gordofobia estructural que se aplica de forma individual y colectiva. El estigma se puede aplicar desde la propia familia, amigos, la educación y la sanidad.

La gordofobia, además, genera vergüenza corporal. Los cánones estéticos han hecho que solo exista un modelo de cuerpo posible. De tal manera que, en la medida que nos alejamos de él, la valía de nuestro cuerpo disminuye. En especial sobre nosotras, las mujeres, la presión que recibe una mujer gorda sobre su cuerpo, es mayor que la que recibe un hombre gordo, y a su vez la que recibe una mujer gorda blanca es menor a la que recibe una mujer gorda negra. Y así podremos ir sumando diferentes factores como sexualidad, etnia, etc.

En la medicina y la sanidad, en general, siempre se ha trabajado con el peso como punto de corte, el IMC (Indice de Masa Corporal) el cual determina si nuestro peso es saludable o no. Es un parámetro totalmente obsoleto, no tiene en cuenta nada más que el peso y la estatura de la persona y, para más inri, está hecho solo sobre hombres blancos, por lo que las medidas dejan fuera a las mujeres y a todas las razas menos a la caucásica. No es una medida interseccional, pero aun así se aplica para todos igual.

Ante tanta presión, tanta vergüenza y tan poca visibilidad, no hay quien se cuide. El mayor deseo es encoger, disminuir el tamaño del cuerpo, para caber, para encajar, para dejar de ser juzgados, para parar de pedir perdón por el tamaño corporal y poder vivir en paz.

La gordofobia tiene grandes consecuencias en la vida de las personas gordas: sufren burlas y acoso, tienen más riesgos de padecer trastornos de la conducta alimentaria, ciclos de dietas y ansiedad, evitan actividades físicas, se privan de cosas que les guste hacer por evitar la exposición de su cuerpo... Ponen en pausa su vida hasta adelgazar.

Al final ser gordo se ha convertido en una identidad que nadie quiere, como dice Enrique Aparicio, guionista y escritor: “Ser un niño gordo y marica había arrasado mi salud mental, y me había convencido de que no merecía ser querido. Siempre ansioso, siempre ahogado por la vergüenza y la culpa. Yo no dejaría de ser marica ni por todo el oro del mundo, pero pagaría por dejar de ser gordo”.

Es hora de desvincular el peso de la salud, y trabajar en políticas públicas de salud y no abordar los problemas de alimentación desde el ámbito privado, porque esto acaba siendo clasista y desigual. A nivel individual, debemos tomar conciencia de nuestra gordofobia interiorizada, trabajarla y corregirla, y si además somos sanitarios o educadores, tenemos una mayor responsabilidad para empezar a transmitir que todos los cuerpos son válidos y que la salud es mucho más compleja que los kilos.

@HoyporHoy: “La reacción en redes después de su muerte sólo ha demostrado que Itziar tenía razón, que esto no sirve de nada”.

@BobPopVeTV sobre el odio generado en redes sociales tras el fallecimiento de Itziar Castro.

@rocio_saiz: "Asco y vergüenza los que la insultáis.Lo daba todo por los demás, aguantaba estoicamente vuestros insultos y nos enseñaba a todos lo que era levantarse cada mañana y enfrentar al odio con amor. En que os habéis convertido gentuza. Por ti, ni un paso atrás. Te quiero".

@CeciliaGessa: "Querida Itziar, siempre has respondido al odio con amor, inteligencia y humor. Fuiste y siempre serás única".

@julia_otero: "Tristeza infinita. Itziar era guerrera, amorosa, inteligente, siempre al lado de las causas justas. Buen viaje, amiga".

@carnecrudaradio: "Todos los que estais preocupadísimos por la salud de Itziar y las personas gordas, estáis sanísimos y no bebéis ni fumáis ni tenéis estrés ni dormís poco ni coméis mal ni vivís en ciudades irrespirables ni cometéis excesos... y por eso, tampoco toleráis que una persona tenga un problema de peso aunque no tengáis ni puñetera idea de su vida y las causas. Ni un día habéis podido aguantar para soltar vuestra bilis. Ni un día de respeto por una persona que ha muerto. Nadie está defendiendo que la gordura sea sana sino que dejéis de insultar a las personas gordas con el cinismo de que os importa su salud cuando ni siquiera os preocupa la persona".

@pardodevera: "Niña linda, ‘genia’, amiga, compañera, luchadora de sonrisa permanente … Estoy destrozada, no puedo creerlo; el mundo es muchísimo peor sin ti. Vuela alto y cuídanos, que te seguimos necesitando todo el tiempo. Te quiero, qué dolor".

Y también otros mensajes. @JordiWild: "Que se abra un debate sobre un problema de salud como es la obesidad, siempre que sea con respeto y educación, no es gordofobia. Promover una mejor alimentación y un estilo de vida saludable y poco sedentario es algo necesario y bueno para nosotros. A partir de aquí, que cada uno viva como quiera, y que todo el mundo tenga derecho a estar como como le dé la gana. Que se le respete. Pero dejemos la irrealidad y no normalicemos lo que es perjudicial, ni vendamos lo insano como deseable".

Y terminamos con una imagen que subió a Instagram la propia Itziar Castro diciendo: "Aquí estoy tal musa de Botero en cuarentena".

Y un artículo en Público en el que dice:

"Tras subir esta foto, que se hizo viral, estallaron los comentarios, desde gente que me felicitaba por lo conseguida que estaba, por el arte, por la belleza, gente que aplaudía mi valentía por salir desnuda, por quererme tanto para mostrar mi cuerpo no normativo sin importarme lo que la gente opinara, pero también hubieron muchos insultos, críticas, muchos consejos médicos, se ve que durante la cuarentena todos se han especializado en medicina, han hecho la carrera en 3 meses en vez de en 5 años, pero ya sabemos cómo es Twitter y que cualquiera puede opinar o insultar sin impunidad, ni conocimientos, sin información previa y sobre todo sin ningún reparo. A mí ya me parece bien, por eso la colgué de manera pública, así que no me molestan las críticas, y diré más, incluso estoy agradecida, porque en medio de tanto hater apareció una luz, un comentario de Roger Codina, al que no tengo el placer de conocer, que dijo lo siguiente: Esto que padeces se llama Lipedema #lipedema Es una enfermedad inflamatoria debido a la acumulación de grasa que colapsa el sistema linfático y produce un linfedema añadido (lipolinfedema). Existe dolor y sensibilidad, así como la tendencia a moretones".

A raíz de ese comentario empecé a investigar sobre el Lipedema, una enfermedad progresiva que afecta mayoritariamente a mujeres (el 11% de las mujeres españolas la sufren), que se caracteriza por un acúmulo de grasa patológica predominantemente en miembros inferiores, aunque también puede encontrarse en extremidades superiores. Estas células de grasa enfermas van acumulando agua y grasa aumentando de tamaño paulatinamente.

Los síntomas son pesadez en piernas y/o brazos, dolor espontáneo y a la presión, tendencia a los hematomas, y en estadios avanzados puede llegar a afectar el sistema linfático llegando a provocar linfedema o lipolinfedema.

Su causa es desconocida, aunque se sabe que hay un marcado componente hereditario y hormonal. La primera aparición suele ocurrir coincidiendo con cambios hormonales, por ejemplo, después del inicio de la pubertad, tras el embarazo o en la menopausia.

No se puede eliminar con dieta o ejercicio, si bien existen medidas conservadoras para tratar de frenar su avance, el tratamiento definitivo es una intervención quirúrgica con la técnica WAL que consiste en eliminar dichas células grasas enfermas mediante una técnica que preserve y cuide los vasos linfáticos.

Es por ello que seguiré compartiendo mi cuerpo feliz, incluso con Lipedema, y seguiré intentando crear arte y entrenamiento.

Así lo vivió, y así hubiera vivido los mensajes muchos hirientes y llenos de odio que ha recibido, minoritarios en un ame de mensajes de cariño. DEP Itziar.

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