Ayer tuvo lugar un mítin de Adelante Andalucía en el Club Nazaret de Jerez ("yo no me fiaría nunca de un club que quisiera admitirme", que dijo el otro Marx —Groucho—).
He visto imágenes del acto, que duró casi 3 horas. Me llama la atención el formato de nula participación del público, invitado solamente a aplaudir y a tocar las bolsas esas infladas de plástico verde (como en el fútbol), y a mover banderitas. Tres horas aguantando las retahílas de esos/as grandes "espadas" de la izquierda, como los grandes toreros en las plazas.
En mi opinión, una práctica muy alejada del asamblearismo y la participación en los movimientos sociales, donde uno/a va a hablar y a aportar, no a hacer bulto para mover una banderita.
En fin, a mí la música electoral nunca me supo levantar (trastocando un poco la letra de la canción de Brassens), así que no hubiera ido a ese mítin (ni a otro) ni amarrado, pero da cosa ver a gente (que uno ha conocido en contextos participativos de base) subidos ahora a un podium, en procesos comunicativos nada bidireccionales. Me recuerdan cada vez más a las homilías de los curas, un motivo más para apostatar de esos credos electoralistas y partidistas.
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