ejt_073_azucenas_de_mar.jpg
ejt_073_azucenas_de_mar.jpg

Robotizados por el consumismo, hemos olvidado el placer infantil del tacto de la arena y las delicias de los espacios silvestres.

Ayer, al atardecer, he abierto la puerta del jardín y me he ido a pasear por una playa de Zahara. Recorriendo la pasarela de madera que conduce a la orilla, mientras silbaba una canción, soñando libre, sin más ruido que el sonido del viento, he sentido el olor de las hierbas de las dunas y he visto vibrar la luz del sol poniente en las azucenas de mar.

Robotizados por el consumismo, hemos olvidado el placer infantil del tacto de la arena y las delicias de los espacios silvestres. Pasear por la playa, igual que cultivar un jardín, no debe ser un acto de consumo de la naturaleza, sino una conversación, en el sentido etimológico de este término: conversar es vivir juntos, tener tratos con los demás. Y también es una manera de conducirse en el mundo.

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído