Cada vez el dolor cervical es una patología más común. Las posibles causas de esta dolencia son muy variadas, pero una de las más comunes es haber realizado una mala postura mientras se estaba durmiendo.
Se trata de un síntoma muy frecuente y bastante molesto, aunque, por lo general, no está relacionado con ninguna enfermedad grave, que se traduce en dolor alrededor del cuello y que habitualmente se suele relacionar con la rigidez.
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Posibles causas de la aparición del dolor cervical
Como se ha mencionado anteriormente, existen múltiples factores que pueden favorecer la aparición del dolor cervical y la mala posición a la hora de descansar es un factor muy a tener en cuenta.
En este punto, es necesario elegir una buena almohada sobre la que dormir, ya que sin el soporte adecuado pueden producirse daños en las estructuras cervicales, que puede provocar contracturas, así como empeoramiento de lesiones anteriores.
Elegir almohada según la posición a la hora de dormir
La elección de almohada depende de las preferencias de cada persona, teniendo en cuenta también su tamaño, su peso y sus posiciones a la hora de dormir. Los expertos recomiendan dormir de lado o boca arriba si se padecen problemas de dolor cervical.
Si se duerme de lado, lo ideal es utilizar una almohada baja, cuyo soporte puede aumentarse un poco utilizando una toalla pequeña enrollada debajo del cuello. Otra opción sería colocar una almohada bajo las rodillas para mejorar la tensión en la región lumbosacra.
Para dormir boca arriba, es recomendable utilizar una almohada alta, ya que así el cuello y la cabeza quedan alineados con los hombros. Al igual que si se duerme de lado, se puede utilizar una segunda almohada colocada entre las rodillas o colocar el brazo superior sobre otra almohada.
Ahora bien, los expertos no recomiendan dormir boca abajo. En caso de no poder cambiar esta posición, se debería utilizar una almohada fina y poco consistente (entre 8 y 10 centímetros). En este caso es necesario elevar la cabeza y sostener las caderas y el abdomen con otra almohada para asegurar el buen alineamiento de la columna.
Por último, es habitual en determinadas situaciones dormir sentado o casi sentado. Aquí lo ideal es recurrir a una almohada en foma de 'C', que se colocan alrededor del cuello y pueden reducir la tensión que cargue.
Tipos de almohada según su material
También es muy importante seleccionar la almohada en función del material con el que esté fabricada. En este sentido, se pueden dividir en:
Almohadas de látex: Fabricadas con materiales antialérgicos, transpirables y naturales ofrecen una firmeza media y se adaptan muy bien a las formas del cuerpo.
Alomhadas viscoelásticas: De gran adaptación y firmeza. Se adaptan a la perfección a las formas corporales.
Almohadas de gel: Ideales para quienes pasan calor durante el sueño. A las características propias de las viscoelásticas añade una capa de gel que aporta frescor.
Almohadas de plumas: Carecen de firmeza y pueden ocasionar alergias, pero son muy duraderas. Recomendables para dormir boca abajo.
Almohadas de espuma: Dependiendo de su densidad tendrá un espesor concreto. Existen almohadas de un solo trozo de espuma o de muchos pedacitos.
Almohadas de fibra sintética: Ligeras y baratas. Su firmeza y altura dependen de la cantidad de relleno que tenga.
Almohadas de otros materiales: Pueden ser de lana, de algodón, de agua... Cada una tiene sus características propias.
Conclusiones a la hora de elegir la mejor almohada para un dolor cervical
El uso de la almohada correcta es un proceso de ensayo y error. Cada persona, con sus situaciones y preferencias personales debe elegir la que más se adapte a su forma de dormir.
Los estudios científicos aún no han arrojado suficiente luz sobre qué tipo de almohada es mejor para utilizar cuando se padece dolor cervical, de modo que la recomendación es probar y si la que se está usando produce dolor o sensación de rigidez, cambiarla por otra.
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