Es probable que ya hayas oído hablar de los créditos online debido al incremento de solicitudes en los últimos dos años. Lo que no te queda muy claro es si son fiables y cómo funcionan exactamente, por eso te interesa leer este post y después decidir si quieres pedir el tuyo.
El origen de este tipo de créditos rápidos se remonta a Bangladés en la década de los 70. El hambre y la pobreza asolaron el país hasta que Muhammad Yunus, responsable de un programa rural, puso en práctica un plan para rescatar a la población. Este consistía en dar 27 dólares a 42 mujeres a cambio de su trabajo hasta saldar la deuda.
A partir de ahí, la idea empezó a moldearse hasta llegar a ser lo que hoy conocemos. El perfeccionamiento ha llegado con la aparición de las Fintech y el desarrollo tecnológico que facilitan el proceso de solicitud e ingreso en cuenta de la cantidad deseada en tiempo récord.
Qué es el crédito online
El crédito online es un préstamo de pequeñas cantidades que no suelen superar los 1.000 €, aunque esto depende de la entidad financiera en la que se pida. Debido a que la suma de dinero que se presta es baja (suele empezar en 50 euros) también se conocen como minipréstamos o minicréditos.
Cuando se pide un préstamo, sea donde sea, hay que devolverlo, que ahí radica muchas veces el descontento de los clientes cuando, en realidad, es una obviedad. Los plazos de devolución son cortos, normalmente de 30 días, y tienen intereses al igual que lo tienen los bancos.
Pedir uno es un proceso muy sencillo que cualquier persona puede hacer en pocos pasos. En el caso concreto de Wandoo, por poner un ejemplo, basta con acceder a la web, completar el registro y seguir los pasos que te van indicando. Una vez completado el proceso, se pide la cantidad deseada y se pasa a valoración.
Cuándo pedir un crédito online
Aunque la idea principal de este tipo de préstamos era hacer frente a situaciones económicas que desbordan en un momento puntual, el paradigma está cambiando. En verano de 2023, hubo un repute de solicitudes para financiar las vacaciones de verano después de unos años de restricciones por pandemia y crisis del que se quiso salir.
Solicitar un crédito online para aprovechar los descuentos del BlackFriday o CiberMonday también empieza a ser frecuente. Ambos días se llenan de gangas que, en muchas ocasiones, interesa aprovechar, por ejemplo, en el caso concreto de los productos de electrónica o informática.
Sea cual sea la razón de cada cual, evitar endeudarse tiene que ser la premisa básica. Para ello, nada mejor que devolver la cantidad prestada en los plazos establecidos y no acumular comisiones y penalizaciones por demora. Si no se pudiera, lo más sensato es hacer una extensión del crédito para aplazar la devolución sin entrar en mora.
Bien utilizados, los créditos rápidos son una buena opción para salir del paso con ciertos gastos que no se esperaban o que no pueden pagarse y no se tiene nadie a quien recurrir. De hecho, la razón por la que se solicita es algo que no se pregunta a diferencia de en los bancos, que tienes que explicar dónde vas a usar el dinero prestado.
Qué se necesita para pedir un crédito rápido
Una de las ventajas de este tipo de financiaciones es que son muy fáciles de conseguir. Los requisitos suelen ser bastante básicos: ser español, vivir en España, tener más de 20 años y menos de 70, tener banca online, disponer de un teléfono móvil y ser titular de una tarjeta de débito (las condiciones pueden variar según el grupo financiero).
Estar trabajando y tener una nómina no es una condición indispensable para obtener crédito. Sí lo es, sin embargo, no tener deudas pendientes y solicitar el crédito en nombre propio (la tramitación es intransferible). Cumpliendo estos requisitos, es difícil no conseguir la financiación deseada.
Sacar el coche del taller, hacer una reforma inesperada, pagar un recibo que no se esperaba, hacer la compra del mes, irse de vacaciones… los motivos que llevan a pedir un crédito como estos son variados y las razones solo le interesan al cliente, ya que es totalmente confidencial.
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