El Banco de Inglaterra y la Tesorería británica planean que, a finales de la próxima década, los consumidores puedan utilizar una nueva libra esterlina digital, conocida popularmente como “Britcoin”. En lugar de sustituir el efectivo y los depósitos bancarios, el Britcoin coexistiría con ellos.
Esta moneda digital no sería una criptomoneda o un criptoactivo como los que se ven en el sector privado, en su lugar, sería una moneda digital del Banco Central (CBDC), denominada en libras, en la que 10 libras de Britcoin tendrían siempre el mismo valor que un billete de 10 libras.
Desde principios de febrero de este año, el gobierno británico ha acelerado su respuesta al auge de las criptomonedas y monedas estables de emisión privada, y ha iniciado un proceso de consulta pública de cuatro meses sobre la libra digital. Los ciudadanos están invitados a dar su opinión al respecto como parte de la investigación y desarrollo que se está llevando a cabo. El Banco y la Tesorería esperan asegurar al público que una moneda digital respaldada por el Estado será tan segura como el dinero en efectivo, sobre todo después del colapso de la bolsa de criptomonedas FTX en 2022 y la subsiguiente caída masiva del mercado de criptomonedas.
Los argumentos a favor de que el Reino Unido cuente con una libra esterlina digital en el futuro son cada vez más sólidos, sobre todo teniendo en cuenta que el mundo se está digitalizando a gran velocidad.
Los criptocasinos, por ejemplo, son cada vez más populares en el mundo de los casinos en línea. En ellos, los clientes pueden utilizar monedas digitales para jugar al blackjack, la ruleta y hasta a las máquinas tragamonedas más populares. Incluso el sector de la educación se está subiendo al tren digital, y la enseñanza presencial adopta cada vez más herramientas y métodos digitales para beneficiar tanto a los profesores como a los alumnos.
Aunque es posible que el Gobierno decida no seguir adelante con el Britcoin, la idea está ganando fuerza. La esperanza es que proporcione una nueva forma de pagar, ayude tanto a las empresas como a los ciudadanos y proteja mejor la estabilidad financiera.
De introducirse, el Britcoin sería intercambiable con el efectivo y los depósitos bancarios, y podría utilizarse para realizar pagos presenciales y en línea. Sin embargo, según la Tesorería, habría un límite en la cantidad de libras digitales que la gente podría tener durante la fase introductoria, con la esperanza de encontrar un equilibrio entre el fomento del uso y la gestión de los riesgos.
Durante la última consulta, los funcionarios estudiarán los aspectos técnicos de la creación de esta moneda antes de tomar una decisión definitiva, que debería darse a conocer en 2025. Si se aprueba, el Banco y la Tesorería esperan que podamos ver Britcoin en monederos digitales a finales de la década.
Aunque hay muchos argumentos a favor del caso Britcoin, hay una serie de implicaciones que el equipo técnico tendrá que considerar cuidadosamente. Cambiar la forma en que un país utiliza el dinero es una decisión bastante profunda y masiva, y la libra digital estaría sujeta a rigurosas normas de privacidad y protección de datos, con una decisión basada en gran medida en la evolución futura del dinero y los pagos.
El Reino Unido no es el único país que estudia la posibilidad de utilizar su propia moneda digital oficial; la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo también lo están considerando. Los planes británicos están, sin embargo, en una fase más avanzada, y los próximos dos años serán decisivos para saber si el Reino Unido lleva a cabo el plan y para ver qué otros países siguen el mismo camino.
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