El futuro uso de las Atarazanas sigue siendo una incógnita. La modificación del proyecto presentado en Urbanismo para este edificio histórico junto al río en Sevilla incluye, como han denunciado varios medios, un posible espacio de restauración que poblaría la planta baja de veladores.
Este inmueble, propiedad de la Junta y arrendado por La Caixa para iniciativas culturales, será recuperado para dotar de más vida a la ciudad. El problema es si acaba siendo una explotación más. Joaquín Egea, de Adepa, la asociación de defensa del patrimonio más activa en Sevilla, también conoció la reforma del proyecto por la prensa.
"Parece que el planteamiento implica recuperar la idea de que la planta baja se dedique a hostelería y la planta superior a exposiciones". El planteamiento de una plaza abierta hacia Dos de Mayo es "contrario a la ley de patrimonio", y lo que en el fondo es más importante, "contrario a la dignidad del edificio civil más importante de la ciudad".
Ahora, los ojos están puestos en la Junta y en La Caixa. "Es necesario que el Ayuntamiento también se implique, pero la Consejería de Cultura debe definir varias obligaciones al arrendador para que el edificio tenga finalidad cultural, que sea absolutamente respetuosa" con esa historia de las Atarazanas. "Si no lo ponen en valor, si se le da otro fin que no sea cultural, estarán falsificando la historia del edificio", lamenta Egea.
"Exigimos que se paralicen las obras"
En esa línea, el parlamentario andaluz del PSOE Rafael Recio ha querido "reprobar" la actuación del consejero de Cultura, Arturo Bernal. "Las obras se deberían haber parado automáticamente. Ahora estamos hablando de una muy notable modificación del proyecto que requeriría de nuevos permisos, tanto a nivel municipal como de la Junta de Andalucía desde Patrimonio, por lo que desde el grupo parlamentario socialista exigimos que las obras sean paralizadas de inmediato".
Ya en septiembre de 2023, los socialistas pidieron la comparecencia del consejero para aclarar "la hoja de ruta" tanto de las Atarazanas como del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, ya que un riesgo real es que se unifiquen ambos proyectos, como han ido indicando agentes culturales de la ciudad de forma velada. Fue, además, de la mano del cese del director del CAAC y de la dimisión de los independientes en el órgano cultural.
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