"Tras el hospital, se teme que ahora los narcos lleguen a la comisaría sin ningún pudor"

Un coche decomisado en La Línea. / JUAN CARLOS TORO.
Un coche decomisado en La Línea. / JUAN CARLOS TORO.

Amenazas directas, pedradas, embestidas y detenidos huidos con la ayuda de encapuchados. Los agentes de la Policía Nacional de La Línea tienen claro que hace tiempo que el narco traspasó la línea. Del respeto al descaro y, de ahí, a la violencia en una escalada que ya nadie se atreve a aventurar cómo acabará. Paco, un policía destinado en la localidad y que prefiere ser citado bajo pseudónimo, retrata la realidad diaria a la que se enfrentan en un cuerpo abocado a repeler este ascenso de la agresividad con una evidente falta de medios. En la tarde de este martes él y el resto de sus compañeros, sindicatos y asociaciones en general están llamados a una manifestación contra la impunidad del narcotráfico a la que se espera que acudan miles de personas.

¿Cómo se ha ido deteriorando la situación de la Policía Nacional en La Línea?

Yo comencé en 2010 y en este tiempo se ha ido viendo cómo, cada vez, ha habido menos personal. Por ejemplo, antes había patrullas a pie por el centro y eso se ha perdido por que no hay gente para hacerlo. He visto como muchos se han ido jubilando y cómo la tasa de reposición ha sido mínima. A su vez, la gente se va en cuanto puede y vienen los mínimos.

¿Y cómo ha ido cambiando el panorama del narcotráfico en ese tiempo?

El narcotráfico ha protagonizado una escalada de violencia hacia todos nosotros. Alijos ha habido siempre, pero ahora, cuando llegamos a un lugar donde se está haciendo algo de esto, nos atacan. Antes huían y, si los cogías, asumían que habían perdido. Había cierto respeto, no un enfrentamiento directo. Hoy está de moda luchar hasta más no poder.

¿Hay miedo en el Cuerpo a lo que pueda pasar?

Hay incertidumbre y sentimiento de abandono. Hemos pedido más medios de seguridad y protección en varias ocasiones. El edificio de la comisaría de La Línea no está preparado para repeler un ataque. Si entrasen los mismos 20 encapuchados que fueron al hospital en la comisaría a llevarse un detenido, se lo llevan igual. Si vienen a unas horas determinadas, allí solo hay cuatro policías y poco se puede hacer. Aquello puede acabar como un enfrentamiento armado, porque se va a utilizar el arma, y se puede liar. Tras el hospital lo que se teme ahora es que puedan llegar a la comisaría sin ningún pudor.

"Hay incertidumbre y sentimiento de abandono. Hemos pedido más medios de seguridad y protección en varias ocasiones"

En La Línea se da la circunstancia de que las patrullas de seguridad ciudadana se ven abocadas a acabar evitando los alijos de droga, ¿no es así?

En ese sentido, nuestra competencia es la seguridad ciudadana y todo lo relacionado con ella. Sí que es cierto es que si presencias que se está produciendo alguna actividad relacionada con el narcotráfico, como policía, tienes la obligación de intervenir. Realmente, es competencia de la Guardia Civil, pero ellos tampoco tienen efectivos suficientes. Muchas veces somos nosotros los únicos que tenemos algo en la calle. Si nos encontramos con que hay que ir a repeler un alijo y, a la vez, están en el centro pegando tirones de bolsos ¿cómo hacemos? No podemos abarcarlo todo. Preferimos priorizar el centro porque es nuestra verdadera competencia, preservar la seguridad ciudadana. Falta personal y medios eso es lo que hace que sea tan escasa la seguridad.

¿Cuántos efectivos calculan que hacen falta en La Línea? ¿Y de medios?

Necesitaríamos alrededor de 100 agentes más en La Línea para que todo funcione de una forma eficaz y poder crear más grupos de investigación o tener más patrullas en la calle. Ese sería un número bastante adecuado. Con respecto a los medios, nos han traído ahora dos vehículos nuevos, pero son insuficientes. Solo los van a coger los coordinadores porque no están adaptados para llevar detenidos. Necesitamos más coches tipo 4x4, pero preparados para llevar detenidos. También hacen falta motocicletas y medios, tipo cámaras térmicas, de los que no tenemos nada. Los malos tienen multitud de esos equipos. Lo que pillamos es a ojo, lo que ve cualquier vecino. Nosotros no tenemos ni siquiera prismáticos. También medios intermedios de defensa personales. Tenemos pistolas, pero estas herramientas nos permitirían defendernos sin llegar a lesionar gravemente a nadie.

¿Cuál es la situación más grave relacionada con el narcotráfico a la que se han enfrentado en este tiempo?

Son muchas. En una detención en la playa, nos intentaron quitar a un detenido. Estaba ya montado en el coche y un grupo de personas rodeaba e increpaba a la patrulla. Entonces, abrieron la puerta contraria del coche y lo sacaron. La situación se tuvo que resolver con unos tiros al aire para disolver a la gente. Nos sentimos rodeados e indefensos.

También cuando nos encontrábamos en un camino de El Zabal. Se había cortado el paso a un todoterreno que venía en fuga porque lo habían acorralado y detrás iba otro zeta —un coche patrulla—. Dos compañeros estaban fuera del coche y fueron a atropellarlos. Uno se agarró a un muro y trepó cómo pudo. El coche pasó rozando la pared y él encogió las piernas. No le tocó por su habilidad. El otro compañero se metió de cabeza por la ventanilla del coche. El todoterreno embistió y él, al estar dentro, resultó herido, pero menos que si lo hubiesen atropellado de forma directa. El vehículo quedó inutilizado. En este caso, el huido acabó detenido, pero la jueza le puso una fianza de 3.000 euros y salió a la calle al día siguiente. Fue muy indignante para todos nosotros, intentar matar a un policía te sale barato.

"En una detención en la playa, nos intentaron quitar a un detenido. Estaba ya montado en el coche y un grupo de personas rodeaba e increpaba a la patrulla"

¿Cree que la zona de especial singularidad que piden sindicatos y asociaciones serviría?

Sí, puede ayudar bastante. Si eso se hiciera esta comisaría tendría un rango administrativo más alto que otra comisaría local y se la podría dotar de mejores medios. Se podría ampliar la plantilla de funcionarios y, además, habría un complemento en las nóminas para que los compañeros no se fueran de aquí. Sería como el complemento de territorialidad que funciona en el País Vasco. Eso beneficiaría a todos los funcionarios, como profesores o médicos, que aquí están de paso. Salvo algunas excepciones, la mayoría se va corriendo en cuanto puede. Si no incentivamos a los funcionarios para que se queden, vamos a tener siempre el mismo problema.

¿Cómo valora los anuncios que realiza el Gobierno y, concretamente, el ministro de Interior Juan Ignacio Zoido?

Hablando mal y pronto, creo que es un postureo descarado. Ha venido aquí a hacerse cuatro fotos y ya estamos cansados de lo mismo. Ahora ha venido la UIP (Unidad de Intervención Policial), pero solo durante el día cuando los alijos y la actividad se produce de noche. Es un parche temporal que se irá. Es para callar bocas y dar presencia, nada más.

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