La Guardia Civil ha intensificado su lucha contra el suministro de combustible a narcolanchas con una serie de operativos en la provincia de Cádiz que han permitido intervenir más de 18.000 litros de gasolina en menos de diez días. El último se produjo en la madrugada del 18 de junio, cuando agentes de la Patrulla Fiscal de Barbate (Pafif) localizaban en Torre Castilnovo, en El Palmar, 250 garrafas de gasolina, dos embarcaciones neumáticas de ocho metros de eslora, un quad y un remolque. Tanto el quad como el remolque presentaban los números de bastidor borrados, lo que hace sospechar que podrían haber sido sustraídos.
Ese mismo día, al suroeste del Faro de Trafalgar, en la localidad de Barbate, la Guardia Civil interceptaba dos embarcaciones semirrígidas cargadas con 513 garrafas de 25 litros, lo que equivale a casi 13.000 litros de combustible destinados al abastecimiento de narcolanchas. Las intervenciones se han producido de forma simultánea, en un momento en el que las autoridades refuerzan la presión sobre el fenómeno del petaqueo, que consiste en el suministro clandestino de carburante a las redes del narcotráfico.
Una práctica ya cotidiana de los narcos en el litoral andaluz
Fuentes del Instituto Armado han señalado que esta práctica ilegal "se extiende por todo el litoral sin distinción, de día y de noche", y que supone un eslabón clave en la cadena logística del tráfico de drogas. Las llamadas petacas, garrafas de gran capacidad que se usan para el repostaje en alta mar, se acumulan en puntos estratégicos para abastecer de forma rápida a las narcolanchas en sus rutas hacia Marruecos o de regreso a España con cargamentos.
El pasado 10 de junio ya se había desarrollado otro operativo de gran envergadura en los términos municipales de Rota y Puerto Real, donde se intervinieron 302 garrafas, cuatro embarcaciones y una furgoneta, y se detuvieron a seis personas. En esta ocasión, los agentes lograron desmantelar un punto clave de almacenamiento y preparación del combustible antes de su traslado al mar.
Desde la Guardia Civil han descrito estos golpes como una respuesta directa a la creciente profesionalización de las redes de narcotráfico, que han incorporado sistemas logísticos cada vez más complejos y discretos. El petaqueo, por desgracia, se ha convertido en parte del día a día en la provincia de Cádiz, con el impacto medioambiental y de seguridad que supone esta práctica para el entorno costero.
Los operativos se enmarcan en una estrategia más amplia de vigilancia sobre las rutas marítimas del Estrecho de Gibraltar, una de las principales puertas de entrada del tráfico de hachís hacia Europa.
