No es la selva tropical, pero lo parece: mosquitos en El Puerto

Las aguas estancadas en los bajos de las 80 viviendas de Valdés son un criadero de mosquitos que, desde hace ya muchos años, les están complicando la vida a los vecinos de esta barriada.

Mosquitos en El Puerto.
Mosquitos en El Puerto.

Recuerdo aún el día en que visité un bar de la zona y me llamó la atención el elevado número de mosquitos que había en el establecimiento, lo que me dio pie a iniciar una conversación con la camarera. Fue ella la que me puso al corriente de la situación, señalando a estas aguas estancadas como el origen del problema.

Entonces, me pregunté: si ya hay mosquitos aquí, ¿cómo debe ser para los vecinos de la propia barriada? Fue a partir de entonces cuando me propuse hacer algo al respecto, un reportaje posiblemente. Gracias a mi hermana, que trabaja en un país africano combatiendo a  estos insectos, sabía que las aguas estancadas son el criadero perfecto para ellos. Basta dejar en un patio durante algunos días el cubo de la fregona lleno, o un bidón con agua abierto, que los mosquitos aprovecharán la situación para dejar allí sus larvas con presteza (sus crías).

Así que me puse manos a la obra e inicié una ronda de preguntas y conversaciones que me han llevado hasta aquí, con el único objetivo de dar visibilidad a lo que es para mí un grave problema de salud pública más propio de sociedades subdesarrolladas que de El Puerto del siglo XXI, donde, desde mi humilde juicio, situaciones como estas deben ser erradicadas con urgencia.

 

Las 80 viviendas de Valdés no son un lugar cualquiera. Conocidos es por muchos el hecho de que existen en su interior viviendas en las que se están vendiendo drogas, y el lugar, en parte debido a la geometría de su construcción, parece más bien un gueto. Pero eso no quita para que el problema de los mosquitos sea real y halla que atajarlo. Ellos lo sufren, y viene al pelo recordar aquello de que no deben pagar justos por pecadores.

Veamos pues cuál es el origen de estas aguas estancadas y por qué se han reproducido una y otra vez, pese a los distintos vaciados que se han hecho históricamente. P. M., propietario de un bar situado en la misma calle Valdés, en frente de esta misma promoción, me explicó que las viviendas tienen alrededor de treinta años y que fue La Junta de Andalucía la que las levantó sobre terrenos cedidos por el Ayuntamiento, con el objetivo de darles un uso social.

Tenemos por tanto un perfil de ocupante de renta baja que no paga ni el alquiler ni la comunidad de vecinos. Y no sé muy bien con qué intención, pero el caso es que la empresa constructora planeó una especie de sótanos debajo de cada uno de los dos edificios, que son los espacios que actualmente y desde el inicio de las promociones (según cuentan los vecinos) han estado siempre anegados. Pero, ¿por qué? ¿De dónde vienen esas aguas?

Además del criadero de mosquitos, es inminente el peligro constante de tener anegada toda la parte baja de dos edificios

Además del criadero de mosquitos, es inminente el peligro constante de tener anegada toda la parte baja de los dos edificios, ya que columnas, pilares y muros de contención están sumergidos y el agua los va corroyendo. Como bien me explicó J.C., un vecino querido por todos, no son estructuras que se hayan pensado en origen para estar debajo de agua, como sí lo serían por ejemplo los pilares de un puente. El caso es que, contra todo pronóstico, los sótanos de este barrio se han convertido en depósitos inesperados de aguas residuales.

Los vecinos de uno de los edificios, el que está en un nivel más superior, creen que la obra se hizo mal de inicio y que la caída de las canalizaciones está fallida, ya que el problema lo tienen desde el principio de la promoción (treinta años de insalubridad). Me informaron también de que hay una arqueta rota y de que, pese a los continuos desatascos que ha podido pagar el bloque de su correspondiente sótano, enseguida el agua vuelve a aparecer y a inundar. A día de hoy, todos los sótanos están anegados.

Los mosquitos fastidiaban más en verano que en invierno, pero testimonios de vecinos aseguran que el problema se ha cronificado, habiendo plaga de mosquitos todos los días del año. Y es cierto. Las dos horas que estuve allí vi a estos insectos incómodos multiplicarse en superficies, techos, pasillos, umbrales de viviendas, mesas…y revoloteando sobre mi propia cabeza

Ustedes imagínense lo incómodo que resulta en verano tener un mosquito zumbándole a uno el oído y picándole, y ahora multiplíquenlo por mil y todos los días de la semana. ¿Merece un ciudadano de El Puerto tener que acostumbrarse a esto? Hay bebés que han amanecido acribillados, por no hablar del grado de desquiciamiento o frustración que se ha instalado entre los vecinos.

Ya no saben qué comprar. Mosquiteras por supuesto. Productos de todo tipo. Una inversión. Dinero muchas veces malgastado, porque el problema persiste. El mosquito está ahí, perenne, encontrando siempre por donde colarse y, dar la lata en el mejor de los casos, o causar picaduras en el peor de ellos. Valoren ustedes cómo es el problema que los propios bares y locales aledaños lo padecen. En menor grado, pero con molestias constantes, y con la misma frustración mencionada de estar haciéndole la guerra al enemigo sin conseguir ganarle la batalla.

Hay mosquitos, cucarachas, pero también ratas, que han llegado a verse incluso en pisos altos

Igualmente, viviendas de barrios vecinos se han visto obligadas a comprar mosquiteras. Y en un mundo donde es cada vez más sabido que los mosquitos pueden llegar a ser peligrosos porque transmiten enfermedades (se ha hablado en los noticiarios del agresivo mosquito tigre o del cercano mosquito del Nilo), más vale sin duda prevenir que curar.

Para intentar esclarecer mejor el origen del problema y sus posibles soluciones, decidí ponerme en contacto con la Agencia de Vivienda que tiene contratada la Junta y la concejalía de Medio Ambiente local. ¿Alguien acometerá una obra responsabilizándose de ella? ¿Existe algún motivo que pueda justificar la situación actual?

Tras haberme puesto en contacto tanto con la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de La Junta de Andalucía (AVRA), como con el área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, puedo decir que de momento sigo esperando que se comuniquen conmigo. Avisados están ambos organismos de la existencia de este reportaje.

Lo que sí he conseguido es hablar con un exagente de vivienda que trabajaba para La Junta hace diez años y que ya entonces visitó estas promociones, y esto es lo que me ha dicho. Al parecer, los vecinos firman un contrato cuando entran a vivir en alguno de los pisos, y en dicho contrato se comprometen a ocuparse del mantenimiento de la infraestructura, incluido el buen estado de los bajantes.

Los bajantes son tuberías mayores que reciben las tuberías de cada piso, y que a su vez se encargan de llevar el agua a la red general. Son estos bajantes los que se encuentran en mal estado —probablemente rotos— y tienen las pérdidas que conllevan a la acumulación de las aguas en estas cámaras o sótanos que hay debajo de los dos edificios.

Si bien en el edificio de la parte más alta (atendiendo a la leve pendiente de la calle Valdés) los vecinos me aseguraron que hay una arqueta rota y que las pendientes de las canalizaciones están mal hechas, en el otro edificio (que apenas ha experimentado desalojos de las aguas por camiones autobombas) es de suponer que la inundación crónica se debe al mal estado de los bajantes. A todo esto, cabe destacar (ya que el asunto no es baladí), que además de los mosquitos y las cucarachas, son también abundantes las ratas, ¡enormes!, y que han llegado a verse incluso en pisos altos.

Yo no creo que La Junta o El Ayuntamiento permitiesen que se llegase a un punto en que el agua suba hasta las portezuelas laterales que hay en los bajos de los edificios y comience a desbordarse hacia la calle. Sin duda, sería un escándalo. Pero es que ya lo es que estos vecinos estén viviendo en esas condiciones. ¿Acaso estas instituciones no deben de velar por la salud pública y la habitabilidad?

A falta de una respuesta por parte de La Junta y el Ayuntamiento, hasta aquí puedo contar del asunto, con la intención de que estas líneas le lleguen a quienes le tengan que llegar para que empiecen a trabajar por una solución digna, urgente y a la altura de la institución a la que representan.

La pregunta

¿Quién tiene que desalojar las aguas estancadas en sótanos de las 80 viviendas de Valdés y quién va a acometer un arreglo o una obra para que las continuas inundaciones dejen de producirse?

La lógica, que dice que Ayuntamiento y Junta de Andalucía son del mismo partido político, el Popular (en ambos casos con su pacto con Ciudadanos), podría servir de entrada para pensar que el problema se va a solucionar más pronto que tarde. Un problema (porque lo es), que va ya para treinta años de edad, el mismo tiempo que llevan padeciéndolo los vecinos de esta barriada.

La clave

La barriada de las 80 viviendas de Valdés, también conocida por 18 de julio, es tan digna como cualquier otra, y merece el mismo trato de atención por parte de las autoridades como El Tejar, Crevillet o Vistahermosa. Además del problema de las aguas estancadas y los mosquitos, las ratas o las cucarachas, están viendo caer sus cornisas y sufriendo continuos cortes de luz. Lo dicho: pagan justos por pecadores, y la mayoría o, muchos vecinos, no se merecen esto.

Sobre el autor:

Pablo F.G.

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