'Libera', un proyecto para desmontar prejuicios y "visibilizar la diversidad de cuerpos"

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La joven Marta Aparicio, modelo de tallas grandes, abandera una iniciativa que quiere "olvidar que solo hay uno o unos perfiles aceptados como válidos".

Un proyecto para romper prejuicios. Para valorar la diversidad. Para aceptarnos tal como somos. Libera es eso y mucho más. La joven chiclanera Marta Aparicio, de 22 años, está harta de que la juzguen por su físico. Ella no es de las que se amarga por no tener una 38. Ni mucho menos. Pero quiere transmitir su forma de ver la vida a las personas que se dejan llevar por las apariencias. Por eso un día se buscó a una fotógrafa, a una maquilladora y salió a la caza de modelos para hacer realidad su idea, que no era otra que “visibilizar la diversidad de cuerpos, apreciarlos y respetarlos”.

“La respuesta ha sido muy positiva”, comenta Marta, y señala que no ha tenido problemas para encontrar a personas que se quieran unir al proyecto. Bueno, a algunas, que “por miedo o por vergüenza”, dice, han preferido no formar parte de la sesión de fotos que inunda las redes sociales de esta iniciativa. “Vamos a abrazar la diversidad de todas las maneras posibles, desde la física hasta la funcional, creando conciencia y generando reflexión en cada una de vuestras maravillosas mentes”, recoge la idea funcional de Libera, que también incluye otras actividades, como una sesión de fotos con cuerpos masculinos, con perfiles de otras edades en un ambiente más “cálido” o realizar acciones de calle. Pero para eso habrá que esperar.

Marta empezó a estudiar el grado universitario de Lingüística y lenguas aplicadas en la UCA, pero tuvo que dejarlo porque no podía permitirse el coste de la matrícula. Desde entonces dedica todos sus esfuerzos a convertirse en modelo de tallas grandes, su gran pasión. “Empecé porque me apetecía probar”, señala. Fue a varios casting y, aunque no resultó seleccionada, entendió que era por lo que quería apostar. De momento, su experiencia es escasa, aunque no desiste en su empeño. De hecho, cuenta entre risas que la primera vez que fue a desfilar no la dejaron porque, a pesar de haber mandado sus medidas con anterioridad, llegó y se encontró con que no había ropa para ella. “Después de todos los ensayos y de haber dejado otras cosas de lado por ese desfile”, recuerda. Pero se lo toma con filosofía: “De todo se aprende”.

“No paro de crear proyectos, de practicar, de buscar agencias…”, cuenta Marta, quien confiesa que es muy difícil encontrar un casting que sea remunerado, por eso lo compagina con su empleo como monitora juvenil y con su proyecto Libera. “Vamos a intentar impedir que nos vendan y vendernos a nosotros mismos por aprendizaje social. Olvidaremos que solo hay uno o unos perfiles aceptados como válidos, porque todos valemos y juntos crearemos así, la aceptación de la diversidad no solo de cuerpos,  sino de visión infinita de belleza”, señala.

Aunque califica de “locura” su idea de dedicarse a ser modelo de tallas grandes, por lo difícil que es hacerse un hueco en este mundillo, tiene el apoyo de sus amigos y su familia. “Tenía miedo a lo que podían decir, pero me sorprendió la reacción tan positiva que tuvieron”, señala. Eso le dio ánimos para continuar con su sueño y con su proyecto: “Buscamos que cada persona sea ella misma y elimine sus miedos, que se sienta orgullosa de ser quién es y cómo es. Demostremos que nuestra imagen no es el alma de nuestra historia. Porque somos personas con  una identidad, con sueños, personas con una vida por disfrutar. Dejemos los prejuicios a un lado y llevemos la empatía y el respeto por bandera. Vivamos la vida, seamos Libera".

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