Carteles en la zona donde se prevé llevar a cabo el proyecto Eolo.
Carteles en la zona donde se prevé llevar a cabo el proyecto Eolo.

Una movilización, celebrada el pasado sábado, convocada por la plataforma Salvemos Valdequeros, busca reivindicar la defensa y protección de Valdevaqueros de la amenaza del macroaparcamiento y chiringuito Eolo, un proyecto que se está encontrando con la oposición de colectivos ecologistas y que apoyan formaciones políticas como Podemos y Equo. La concentración sirve para recordar que el proyecto necesita una evaluación de impacto ambiental, al encontrarse dentro de la Red Natura 2000, por lo que en estos momentos se encuentra paralizado, momentáneamente, por los problemas administrativos detectados en el mismo y la presión social ejercida por distintos colectivos —se han recogido más de 120.000 firmas—.

La plataforma cree que la Junta de Andalucía debe hacer una moratoria del litoral, donde a través de mesas de trabajo se realice una correcta ordenación y donde no se debe presionar en espacios como estos, sino repensar los ya existentes, y por supuesto, que se apueste por regeneración en entorno del humedal de la desembocadura y no destruirlo mediante la pasividad administrativa. La cita la apoyan formaciones como Equo, cuya asamblea provincial se desplaza hasta Valdevaqueros para rechazar el proyecto del macro aparcamiento y el chiringuito que tienen previsto construirse en la zona.

Un momento de la manifestación celebrada en Valdevaqueros.

"El parque Natural del Estrecho es una de las pocas zonas vírgenes de Andalucía, y dejar paso a proyectos como  estos demuestran que solo se está fomentando el enriquecimiento de unos pocos, sin planes realmente sostenibles que enriquezcan la zona sin presionar el ecosistema”, denuncia Francisco Sánchez, de Equo. La parlamentaria andaluza Carmen Molina puntualiza que “es necesario que la junta de Andalucía haga una moratoria del litoral con mesas de trabajo con todos los colectivos y se haga una correcta ordenación, respetando la normativa de las zonas sensibles”.

Podemos recuerda que el proyecto que se ubica en un hábitat natural dentro de la Red Natura 2000 debe tener una evaluación de impacto ambiental como marca la Directiva Hábitats Europea pero, además, que el proyecto se ubicaba en dos parcelas y, sin embargo, el promotor sólo solicitó autorización en una de ellas: medio aparcamiento, el carril de acceso y la zona de depuración se diseñó en una finca anexa y distinta. La Directiva Hábitats indica que deberán someterse a evaluación todos aquellos planes, programas o proyectos que, sin tener relación directa con la gestión o la conservación de un espacio Red Natura 2000, puedan afectar apreciablemente, tanto individualmente como en combinación con otros planes o proyectos.

En este sentido, el proyecto se encuentra ubicado en la desembocadura del río del Valle lugar, río y entorno que pertenecen al Parque Natural del Estrecho, por el que se declaran determinados lugares de importancia comunitaria como zonas especiales de conservación de la Red Ecológica Europea Natura 2000 en la comunidad autónoma de Andalucía. En definitiva, el lugar conforma un humedal de la máxima importancia dentro del Parque Natural del Estrecho para la migración de las aves y, a diferencia, de una evaluación de impacto ambiental o de una evaluación de planes y programas, la evaluación de repercusiones sobre la Red Natura 2000, sí es vinculante.

La formación morada alega que la licencia de obra otorgada para el bar-restaurante —de acuerdo con la documentación técnica presentada y conforme a las superficies indicadas para el establecimiento— corresponde un aforo de 151 personas. Por otro lado, el aparcamiento tiene una capacidad máxima para 330 vehículos, lo que se traduce en unas 1.000-1.500 personas, “lo cual supera la capacidad de acogida por parte del bar-restaurante autorizado. No existen servicios públicos organizados de playa, aseo, recogida de basuras ni de seguridad ni sanitarios para acoger tal magnitud de personas”.

Por todo ello, “nos encontramos ante una autorización irresponsable por parte de  la administración local de Tarifa y de la Junta de Andalucía, pues crearía el caos y el desorden del público-visitante. Sin una organización de uso del espacio natural existe un potencial riesgo de impacto negativo en el humedal de la desembocadura del río del Valle, afectando de forma segura a la fauna y flora de este hábitat”, apuntan.

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