El nuevo centro de salud de Trebujena tiene más de 2.300 metros cuadrados distribuidos entre 23 consultas, salas de extracción, de curas, de observación y de cirugía menor, como también dos consultas para atención pediátrica, una sala de lactancia, una zona dedicada a educación sanitaria y otra a rehabilitación. La Junta aportó para su construcción 1,6 millones de euros, a los que hay que sumar otros 950.000 euros de Diputación de Cádiz.
El problema es que, a pesar de llevar dos años construido, aún sigue sin prestar servicio. Por eso los vecinos de la localidad trebujenera inician una serie de movilizaciones, que repetirán cada miércoles, para pedir que este centro de salud sustituya al actual, situado a menos de 100 metros, y que presenta numerosas deficiencias, como la “falta y deterioro de material sanitario, del mobiliario, del propio edificio, la falta de espacio físico, la inexistencia de servicios adaptados”, enumera el Grupo de Participación Ciudadana de Salud de Trebujena, formado por distintos colectivos sociales y por el propio Ayuntamiento.
El mismo alcalde, Jorge Rodríguez, critica que “dos años después de acabar las obras estamos en el mismo punto”, por lo que no entiende “a qué se está esperando” para poner en funcionamiento las instalaciones, que según las fuentes consultadas presentan problemas la acometida de la luz que debe realizar Endesa. “Parece que no hay mucha prisa”, se queja Amparo, miembro del Grupo de Participación Ciudadana, quien asegura que las concentraciones se mantendrán mientras sigan sin tener una fecha de apertura. “No vamos a parar hasta que nos den una confirmación por escrito”, señala.
El centro de salud está terminado a falta de que Diputación adjudique y ejecute las obras del transformador que garantice el suministro eléctrico, un trámite que los habitantes de Trebujena esperan que se produzca más pronto que tarde, después de que a principios de 2017 la Junta les prometiera que iba a estar abierto en verano de ese mismo año, sin que hasta el momento se haya efectiva esta promesa.
El actual centro sanitario de la localidad era la antigua casa de un médico que se ha ido rehabilitando, “pero la última reforma se hizo hace 20 años”, cuenta Amparo, quien señala la necesidad de contar con un espacio digno para la matrona, por ejemplo, “ya que ahora para entrar en la camilla te tienes que poner de lado”. La plataforma seguirá protestando, cada semana, a las puertas del nuevo centro de salud que, dos años después de la finalización de las obras, sigue sin prestar servicio.
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