María Venegas, natural de la Junta de los Ríos, residente en Jerez y que padece una lesión cerebral que le provoca temblores contínuos en el cuerpo, ha escrito 'Lo que en realidad siempre he sido', para ayudar "a aquellos que están buscando su camino, como antes hacía yo...".
Hace unos meses, se sentaba en su sofá y escribía a lápiz cada detalle de su vida. Hoy, su cuaderno a rayas es una joya y su positividad a la hora de hablar, también. En septiembre de 2017 María Venegas no podía mantenerse en pie. Su mano derecha no paraba de temblar. Aquella dolencia iba empeorando poco a poco y limitó su día a día. "No quería ir ni a restaurantes, ni nada. Me daba vergüenza porque lo ponía todo perdío". Hace algo más de una década a María le diagnosticaron una degeneración neuronal, es decir, una lesión cerebral provocada posiblemente por el estrés. "Al principio se creían que era Parkinson, pero luego me exploraron y me dijeron que no..., me quedé más tranquila", confiesa. No obstante, pasaron los años y la lesión fue a más, por lo que en noviembre del pasado año una clínica de Barcelona la operó con ultrasonido para mejorar su insistente temblor. "Con ello se me empeoró la pierna, pero mi mano mejoró".
Ahora, con el manuscrito pasado a ordenador por una de sus hijas, pasa las tardes leyendo y corrigiendo sus propias palabras. Dice que en breve publicará Lo que en realidad siempre he sido, una autobiografía con la que pretende ayudar a los demás. "Quiero que mi libro llegue a la gente y ayude a aquellos que están buscando su camino, como antes hacía yo...", expresa de manera entrecortada. Y es que ella, que siempre va con la lógica por delante, dedujo que su dolencia floreció a causa de una frustación que siempre le ha acompañado: no haber podido finalizar sus estudios.
Algunos de sus hermanos sí llegaron a completar sus estudios, como Pepi, la pequeña de la familia, que es licenciada en Química. Pero su afán por aprender no decayó y se apuntó a un programa juvenil de la Junta de los Ríos, donde aprendió a bordar, a sembrar flores, primeros auxilios, algo de teatro... Hasta que a los 19 años se casó y se dedicó a la casa y a criar a sus tres hijos. "Ama de casa, pero con mis aficiones, mis lecturas, pinturas...". Cuenta que incluso retomó la Secundaria con 34 años. "Pero no lo terminé por una pérdida familiar que me afectó muchísimo", incide. Desde entonces, continúa su frustración por acabar la enseñanza obligatoria. Dice que le hubiese encantado estudiar Periodismo o Arte Dramático, y es que de pequeña hacía un poco de ambas: "Cuando había una celebración en la familia, yo cogía una linterna y le daba a mi hermano una caja de cartón. Él hacía de cámara y yo de reportera", ríe. María nunca dejó la lectura, ni la escritura, como buena Venegas que es —familia de muchos poetas—. Pero decidió que escribiría su primer libro cuando sufrió un episodio de ansiedad allá en la India, mientras dormía en el suelo junto a una amiga.
"Yo antes tenía mucho miedo, pero ahora estoy tranquila y tengo mucha fe"
En la India, a ras del suelo y entre angustias, sacó el título de su libro: Lo que en realidad siempre he sido. María en su autobiografía se sincera. Dice que ha dado todo lo que llevaba dentro. "Me he emocionado al recordar cosas que tenía guardadas...". Más allá de su historia, es un libro de autoayuda que agarra la metafísica y la espiritualidad más intensa. A día de hoy María hace yoga, meditación, tiene su tratamiento, se mantiene alejada del estrés, escribe, mantiene su mente repleta de cosas positivas y lee, lee mucho. "Mi nieta, la del mayor, está escribiendo un libro sobre fantasía. Ella, con tan solo 11 años.... ¡Ay la niña que va a salir con los cuentos de la abuela!", bromea llevándose las manos a la cabeza. "Yo antes tenía mucho miedo, pero ahora estoy tranquila y tengo mucha fe", concluye.