Una delegación de Movilidad inaccesible

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La sede de Corredera no cumple la normativa de accesibilidad, ya que apenas tiene rampas y no cuenta con ascensor, algo que el delegado José Antonio Díaz considera "surrealista".

El edificio de Movilidad, en contra de lo que dice su propio nombre, no está adaptado a la normativa para acoger a personas con movilidad reducida. En más de una ocasión los técnicos de la delegación han tenido que recibir a usuarios en la planta baja al no poder acceder a las oficinas que están en plantas superiores. Ni ascensor, ni rampa. Así está la sede de Corredera, que el Ayuntamiento está pensando en trasladar a Divina Pastora. No en su totalidad, porque en ella hay monitores y maquinaria cuya mudanza sería demasiado costosa. El personal será reubicado en la tercera planta del edificio donde está Participación.

Antes de que acabe el año se llevará a cabo esta reestructuración, que busca también ahorrar costes, ya que las oficinas que ocupa Movilidad en Corredera suponen más de 1.200 euros mensuales, lo que al año asciende a algo más de 15.000 euros. Con esto se pretende eliminar otro gasto “superfluo”, asegura el delegado José Antonio Díaz, que añade: “Hay suficientes edificios municipales para albergar las distintas delegaciones”. Este movimiento supondrá un efecto dominó, ya que los trabajadores de Deportes, que llevan apenas unos meses en Divina Pastora, volverá previsiblemente al edificio Jerez 2002 de Chapín.

Los trabajadores de Movilidad, que no llegan a la veintena, ocuparán así la planta que ha dejado libre el servicio técnico del agua en Divina Pastora, que ahora está en la planta baja, en la antigua sede de Ajemsa. Estos movimientos se intentarán hacer “todos a la vez” para que el traslado se haga en el menor tiempo posible. “Movilidad no puede seguir ahí, es surrealista que no cumpla la normativa”, apunta Díaz, que añade: “Cada céntimo que gastemos debe estar justificado”.

En el parque móvil con el que cuenta el Ayuntamiento también se ha puesto el punto de mira de los gastos considerados como prescindibles. Tras revisar los vehículos municipales que tiene el Consistorio, se decidirá si se da baja a los que ya no merezca la pena arreglar o a los que no se utilizan, de los que sin embargo se sigue pagando seguros, aunque todavía no se tiene la relación de vehículos innecesarios.