Un lavado de cara después de tres siglos

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La inmobiliaria propietaria de la casa palacio del número 52 de Porvera adecenta la fachada para dignificar el edificio y la propia calle. El inmueble, que en los años 70 acogió oficinas de Rumasa, se iba a acondicionar para construir viviendas de lujo, obras que quedaron paralizadas tras el estallido de la crisis económica. 

Si han pasado por Porvera estos días es posible que se hayan dado cuenta del lavado de cara que, afortunadamente, está recibiendo la casa palacio enclavada en el número 52, junto a la Escuela de Arte.

Propiedad de la promotora sevillana Casa Belén, gestionada en Jerez por Mister Casa, fue adquirida al Ayuntamiento de Jerez en subasta pública con la idea de construir una promoción de viviendas de lujo con garajes respetando la estructura del palacio original. Sin embargo, las circunstancias derivadas de la crisis económicas paralizaron el proyecto, que esperará tiempos mejores para ser llevado a cabo. Así y todo, la promotora ha entendido que la categoría del edificio y de la calle donde se encuentra merecía que, al menos, se adecentara su fachada.

Por dentro la historia es diferente, y si bien el paso del tiempo ha afectado seriamente al edificio, todavía es notoria su categoría.

Levantada por el arquitecto Juan Martínez y concluida en 1773, el doctor en Historia del Arte Fernando Aroca Dicenti describe muy bien el edificio en uno de sus artículos. Así, señala que a primera vista destaca su portada barroca, acentuada por la curvatura del balcón principal. En cuanto al interior, explica que se resuelve siguiendo los esquemas habituales: zaguán de entrada que conduce a un patio con galería perimetral porticada, compuesta por arcos de medio punto que descansan en columnas toscanas ejecutadas en piedra. En eje con la puerta de entrada se ubica la escalera, de mármol, que da acceso a las dependencias altas, actualmente inaccesibles por culpa del mal estado del inmueble.

En 1889 el palacio fue restaurado por su antiguo propietario, Antonio Rodrigo Ruiz Molina, y ya en los años 70 del pasado siglo fue Rumasa la que acometió diferentes obras de reforma para acondicionarla como edificio de oficinas, que lo fueron hasta 1983, cuando fue expropiada. Posteriormente sería el Ayuntamiento y Endesa los propietarios del inmueble hasta llegar a manos de Casa Belén.

A pesar de que corrió un rumor de que este palacio quiso ser reformado como hotel, desde Mister Casa su gerente, Francisco Escot, lo desmiente, señalando que la idea de Casa Belén siempre ha sido la de construir viviendas de lujo.

En cuanto a la salida que tienen las casas palacio que hay en venta en Jerez, algo que ya dio a conocer lavozdelsur.es en otro artículo, Escot confirma que el principal problema que tienen es, además de su elevado precio, sus rehabilitaciones, ya que “salen más caras que construir una casa nueva”, con lo cual “se hace difícil darles una salida factible”.