Un centro de negocios sin negocio

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Concluida su rehabilitación integral hace casi medio año, el antiguo convento de San Agustín, que supuso una inversión de Zona Franca de Cádiz de unos 6 millones, mantiene la inactividad empresarial.

Los gatos callejeros se han apoderado del complejo y a día de hoy siguen siendo sus exclusivos inquilinos. El Centro de Negocios de San Agustín, la primera apuesta seria que el consorcio estatal Zona Franca de Cádiz ha hecho en Jerez desde la restauración democrática -el ente fue creado en 1933-, se mantiene cerrado a cal y canto. Casi medio año después de inaugurarse, la entidad dependiente del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas no ha logrado comercializar siquiera una parte de los 55 despachos, con medidas de entre 15 y 94 metros cuadrados, que incluye un complejo de unos 4.500 metros cuadrados. Aparte de los módulos de oficina incluidos en el antiguo convento, cuya inauguración tuvo lugar en octubre pasado, la ZFC también rehabilitó para su uso comercial el edificio aledaño de Las Caballerizas, cuya puesta en marcha se adelantó a la primavera pasada. En total, la obra, cofinanciada por fondos Feder, supuso una inversión de unos 6 millones de euros, incluyendo la reurbanización de la calle Puerto.

El 8 de diciembre del año pasado el consorcio aseguraba que su departamento comercial había atendido ya "a más de 60 interesados" en los despachos y oficinas, tanto del claustro principal de San Agustín como del edificio anexo Las Caballerizas, pero la realidad es que el conjunto empresarial sigue clausurado sin actividad económica alguna. En esa misma fecha se lanzó la oferta pública de comercialización, quedando limitada la presentación de propuestas hasta el 16 de ese mismo mes. Tanto tiempo después, San Agustín sigue en las mismas: cerrado. 

Zona Franca no ha vuelto a pronunciarse sobre el proyecto de recinto fiscal y aduanero en Jerez

Las instalaciones, en tres alturas, con usos comunes y un patio del claustro pensado para actividades polivalentes, forman parte de la antigua iglesia, edificada en 1624 y derribada en 1919. San Agustín posteriormente pasó a ser cuartel de infantería y luego casa-cuartel de la Guardia Civil hasta su abandono, de ahí el lamentable estado que presentaba y el innegable mérito de unos trabajos que han obligado a construir 17 nuevos arcos y restaurar otros nueve con piedra traída de la cantera de la sierra de San Cristóbal, así como la reconstrucción de 16 bóvedas y la rehabilitación de 14. Los trabajos, además, han permitido igualmente sacar a la luz el aljibe del subsuelo, fechado en 1690. 

En octubre pasado, el delegado del consorcio estatal, el popular Jorge Ramos Aznar, aseguró que “Zona Franca sigue queriendo quedarse en Jerez”, y emplazó a la actual alcaldesa Mamen Sánchez a una reunión para abordar otros proyectos que nunca ha llegado a celebrarse. En ella estaba previsto abordar la otra gran iniciativa del ente público en el principal municipio de la provincia, el recinto fiscal y aduanero que prometió junto con el anterior gobierno local del PP presidido por María José García-Pelayo. “Nosotros tenemos el compromiso del gobierno de España y del presidente Rajoy de que Jerez puede, debe y tendrá un recinto fiscal", dijo entonces. Sin noticias de dicho proyecto, al menos cabe esperar que el Centro de Negocios de San Agustín empieza a generar lo que se espera de él: negocio en la zona.