La agrupación de electores, que junto a IU ya negocia la alianza política, baraja dejar al PSOE en minoría en el máximo órgano ejecutivo del Ayuntamiento.
Si el PSOE quiere avanzar en un futuro gobierno tripatito en el Ayuntamiento junto a las dos fuerzas de izquierda que integran la Corporación, Ganemos e IU, tendrá que asumir que debe hacer varias concesiones. Poco ha trascendido públicamente tras la primera reunión oficial para sentar las bases de esa hipotética alianza política hasta final de mandato. Más allá de la nota de prensa que remitieron al alimón la agrupación de electores y la coalición de izquierdas, donde ya se marcaban algunas condiciones sine quanom para acceder al gobierno, lavozdelsur.es ha podido saber cuál será la estrategia de Ganemos para tocar poder municipal y, al mismo tiempo, no contradecir el mandato emanado de su asamblea. Como se recordará, a finales de noviembre pasado ésta decidió explorar la opción del tripartito, pero siempre y cuando Mamen Sánchez presentara su dimisión. Como máxima responsable del gobierno local, la responsabilizaban del caos presupuestario vivido en el último cuatrimestre de 2016, de la marcha atrás en la readmisión de los afectados del ERE y, en general, de haber cambiado poco o nada las dinámicas políticas que venía arrastrando el Ayuntamiento jerezano desde la etapa del PP al frente del gobierno local.
Visto que la regidora socialista no solo no dimitirá sino que su partido ya ha asegurado que no aceptará vetos para negociar un acuerdo de gobierno estable, hay un planteamiento sobre la mesa en Ganemos, como han asegurado fuentes de la agrupación de electores, que pasa por lograr la mayoría en la junta de gobierno local, el órgano de máxima decisión ejecutiva del Consistorio junto con el pleno municipal, para de ese modo levantar el veto a Mamen Sánchez. Es decir, ésta podría seguir siendo alcaldesa pero, en la práctica, no tendría el control de todas las decisiones. Tras la aplicación de la Ley de Grandes Ciudades, el pleno se ha convertido prácticamente en un mero órgano de debate político, ya que las decisiones importantes y el día a día de la gestión se adoptan en la junta de gobierno.
En este momento, el PSOE cuenta con seis de sus siete concejales en dicho órgano, ya que la edil y diputada provincial Isabel Armario no forma parte del mismo. Una coyuntura que quiere ser aprovechada por Ganemos (que junto a IU suma 7 concejales, los mismos que el PSOE) para reconfigurar la junta de gobierno local, una vez saliese adelante la alianza política, y contar con mayoría. Esto minimizaría el margen de maniobra de los socialistas y de la actual alcaldesa a la hora de tomar las decisiones, sean rutinarias o de mayor calado.
Ya en la referida nota de prensa suscrita por ambas formaciones se demandaba "un gobierno equilibrado, que partiendo del mandato popular salido de las urnas, refleje dicho equilibrio en la asunción de responsabilidades de gobierno", por lo que es evidente que lo que quiere evitarse a toda costa es que la posible entrada en el ejecutivo municipal se traduzca simplemente en hacer de muleta del PSOE. Los socialistas, que no han valorado la toma de contacto —en la que estuvieron la secretaria general del partido en al ciudad, Miriam Alconchel, y su número 2 Ainhoa Gil—, tendrán que asumir también el reconocimiento público de que no se han cumplido las expectativas generadas a principios de mandato, cuando recibieron el apoyo de investidura de Ganemos e IU, y un paquete de 113 medidas que, en muchos casos, chocan con esa política de obviar medidas impopulares o que puedan no agradar a los sectores más tradicionales y conservadores de la opinión pública jerezana.
Por otra parte, en el caso de Ganemos se encuentra con la negativa de su concejal Ángel Cardiel —perteneciente a la rama de Podemos en la ciudad— a facilitar un gobierno tripartito, por lo que es una incógnita cómo resolverá esta situación. Las dos opciones posibles son que Cardiel renuncie a su acta de concejal —algo poco probable, aseguran fuentes consultadas por este medio— o que se mantenga en la oposición sin acceder al gobierno, lo que significaría desde luego una situación un tanto anómala.
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