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Reforma del pliego de condiciones del jerez y la manzanilla, informe que lo justifique, aceptación (o no), período de alegaciones, aprobación definitiva… la falta de decisión y el ‘retorcimiento’ de los plazos administrativos por parte de la Junta agravan la crisis en el Marco.

El tiempo pasa de manera inexcusable, implacable, para todos, incluido el Marco de Jerez. La situación actual de impasse por lo que se refiere al conflicto del bag in box (el envase de cartón con una bolsa en su interior) no es tal, ya que en la práctica dicho impasse es meramente institucional o administrativo, como se le quiera llamar. Puede que las espadas sigan en todo lo alto en el enfrentamiento ya abierto entre la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía y el Consejo Regulador de las Denominaciones Jerez-Xérès-Sherry y Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda, pero el problema está en la calle, en la hostelería, que es lo que en realidad cuenta. Ese problema continúa creciendo. Y lo hace de manera inexorable. Cada bar o taberna de la provincia de Sevilla –por radicar el problema- o incluso de algunas zonas de Cádiz, sobre todo Sanlúcar y localidades limítrofes, que se pasa al bag in box supone en la práctica la retirada de las marcas de manzanilla que cumplen escrupulosamente con la legalidad vigente y, en consecuencia, se comercializan envasadas en vidrio. Tierra quemada. Atila. Cada bar o taberna que se pasa, que se sigue pasando, al bag in box, que pone un grifo para dispensar manzanilla, viene a acentuar el conflicto y a aumentar el problema que quiere atajar el Consejo Regulador.

Así es. El Consejo Regulador blindó en su sesión plenaria del pasado 26 de enero cualquier resquicio, cualquier apartado que pudiera prestarse a interpretación, pasando de prohibiciones tácitas a prohibiciones expresas en lo que al bag in box se refiere. Para ello, aunque ya había decisiones plenarias e incluso sentencias judiciales a favor de sus tesis, el Consejo procedió, a propuesta de la propia Consejería, a aprobar la modificación de los pliegos de condiciones del jerez y la manzanilla para terminar con cualquier duda posible sobre los envases autorizados para el canal de hostelería, concluyendo en la nueva redacción “ratificar el acuerdo de pleno de 29 de septiembre de 2015 y la posición mayoritaria del 95% del sector comercializador en favor de que todos los envases que contengan los vinos protegidos –jerez y manzanilla– sean única y exclusivamente de vidrio”.

Bueno, esta decisión podría parecer suficientemente contundente, tanto por el apoyo con que cuenta entre el conjunto del sector como por la manera tan explícita en que se formula, pero para la Consejería de Agricultura no parece serlo. De hecho, está claro que no lo es desde punto y hora que ha solicitado al Consejo Regulador que le justifique su decisión de que el vidrio sea el único envase y, por tanto, no se permita el bag in box. Una vez que la Consejería reciba el informe del Consejo fundamentando su decisión del acuerdo de pleno, deberá resolver si lo acepta o no. Si no lo acepta, vendría a añadir un nuevo problema, pero incluso si lo acepta se abriría un período de alegaciones, en el que se da por supuesto que las bodegas de Sanlúcar que apuestan por este envase –un grupo de unas diez firmas encabezado por Hidalgo-La Gitana, Argüeso y Yuste- se presentarán y, en consecuencia, la Consejería tendrá que volver a resolver y… y, y, y el tiempo va a seguir pasando sin que se llegue a una solución pese a que (por volumen de comercialización) el 95% del Marco, tal y como se ha señalado, está en contra del bag in box e incluso una mayoría holgada de la propia manzanilla (La Guita, Barbadillo, Delgado Zuleta) se ha posicionado también en contra del uso de este envase.

Tendrá que hilar fino el Consejo Regulador en la redacción del informe para la Consejería en el que fundamente su apuesta por envasar en exclusiva en vidrio

Sin duda son varios, varios meses que se van a hacer muy largos, los que hay por delante hasta que haya una decisión firme, eso sin descartar que se produzcan desde la Consejería nuevas fintas, ya que es palmaria la comprensión y la simpatía hacia las tesis de las bodegas díscolas que viene demostrando, gracias, entre otros factores, al abierto posicionamiento a su favor de Irene García, presidenta de la Diputación provincial, secretaria provincial del PSOE, ex alcaldesa de Sanlúcar y con hilo directo con la presidenta de la Junta, Susana Díaz, con lo que la política no es ajena, ni mucho menos, a la resolución de un problema que debería ser meramente sectorial (por cierto, digno de resaltar el papel de los concejales de IU en el Consistorio sanluqueño, defendiendo pese a las presiones que están recibiendo su postura contraria al bag in box, al que consideran creador de pobreza, una actitud que deja en evidencia la postura de García).

Tendrá que hilar fino el Consejo Regulador en la redacción del informe para la Consejería en el que fundamente su apuesta por envasar en exclusiva en vidrio. Haría bien en olvidarse de alguna bravata que se ha escuchado estos días de puertas para dentro en el sector en la que se afirmaba que el informe debería constar de poco más de dos líneas, las que da una redacción del tipo “Porque el 95% del negocio del Marco hemos decidido apostar en exclusiva por el vidrio. Gracias. Y punto”. No, no puede ser, por mucho que a más de un dirigente del sector se lo pida el cuerpo. Es evidente que el Consejo Regulador deberá argüir cuestiones de imagen y prestigio, el hecho de que Jerez (y, en consecuencia, Sanlúcar) quiere recuperar su sitio entre los grandes vinos del mundo y que para ello debe cuidar todos los detalles (Rioja, por ejemplo, tampoco lo permite), lo que incluye, y de qué manera, al envasado. Ese es el palo al que tendrá que agarrarse el Consejo. No hay otro, ya que el bag in box es un envase que aunque no guste está perfectamente homologado en la Unión Europea desde la década de los 80…

Meses y meses, tiempo sobre tiempo y el taxímetro en marcha… el taxímetro que va saltando con cada bar, con cada taberna, que decide, que irá decidiendo durante estos meses de ‘impasse’ administrativo, que el bag in box le resulta más cómodo para su negocio que servir vino en botella, ya que el envasado y comercialización en bag in box en la práctica sigue abierto porque los expedientes abiertos por el Consejo Regulador no se sustancian por ahora en propuestas de sanción, ni siquiera en temas que no dan lugar a la más mínima interpretación, como es el hecho de que las precintas que estas bodegas están colocando en las cajas (las de granel) no coinciden en capacidad con las que emite el Consejo Regulador para dichas garrafas (las garrafas van por arrobas y divisores y el ‘bag in box’ habitualmente en múltiplos de cinco litros).

Aunque al principio podían parecer un tanto exageradas, cada vez cobran más sentido las palabras expresadas hace ya varios meses en el Marco de Jerez desde distintos ámbitos en el sentido de que hay importantes inversiones –y sus correspondientes puestos de trabajo- que están en juego, que se están viendo afectados por la proliferación de esta práctica, que no es un tema menor. La última cifra sobre volumen aproximado de bag in box que aportó el sector estaba en un millón de litros, pero todo indica que ese dato ha podido quedar desfasado, sobre todo desde que hace unos meses estas bodegas decidieron dar un paso cualitativo adelante y etiquetar abiertamente como manzanilla el vino envasado en este formato, algo que hasta el pasado otoño evitaban, procediendo a su descalificación, (eso sí manteniendo alusiones indudables a que el contenido era – o había sido, mejor dicho- manzanilla, con expresiones como ‘muy fina’ o ‘en rama’).

Se equivoca también parte de la opinión pública que en Jerez ciudad cree ver en este asunto un tema exclusivamente sanluqueño. Primero porque buena parte de las bodegas jerezanas tienen también intereses en la manzanilla y, segundo, y tal vez más importante, porque el bag in box termina por afectar directamente a todos los vinos del Marco. Cuando un negocio hostelero se decanta por servir de esta manera, habitualmente se lleva por delante a la manzanilla en botella, de acuerdo, pero afecta también al jerez, retira también al fino. Tras décadas de abandono en favor de la manzanilla, el fino estaba regresando tímidamente a Sevilla, por seguir hablando del epicentro del problema, pero se trata de un regreso que se está viendo truncado con la proliferación de este formato en los dos o tres últimos años.

En definitiva, no es que se necesiten soluciones para terminar con este conflicto, es que el verbo correcto sería urgen. Los tiempos administrativos son los que son, desde luego, eso no admite discusión, lo que pasa es que a veces esos tiempos se retuercen…  

Sobre el autor:

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Francisco Romero

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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