El sábado de motorada presenta un gran ambiente en la zona de la Avenida, en parte por la exhibición de 'freestyle' celebrada a la altura del Hontoria.
¿Ha vuelto el ambiente motero de hace unos años a Jerez? No, pero parece que se va por buen camino. Al motero todavía le cuesta llegar al centro. Tiene que ser un proceso paulatino, con paciencia, y el paso de los años. Pero poco a poco se va acercando. Caminar este sábado por la Avenida se convertía en poco menos que en una carrera de obstáculos. Desde media tarde, la exhibición de freestyle a la altura del González Hontoria concentró a un buen número de curiosos que no se quisieron perder los saltos y piruetas de pilotos como Dany Torres o Pedro Moreno. Los “ooooh” cada vez que hacía alguna maniobra en el aire fueron lo más repetido durante el tiempo que duró la exhibición.
Luego la movida se trasladó metros más abajo, en una zona atestada de locales de ocio. Pantallas gigantes y música a todo volumen que, sin embargo, quedaba en segundo plano con los acelerones de los moteros que circulaban por los carriles habilitados para ellos. Estos días ellos mandan. Pero sin pasarse, claro. De eso se encargan los cientos de policías locales, nacionales y guardias civiles, que custodian la ciudad.
Los puntos calientes se repiten todos los años. Avenida Álvaro Domecq, avenida de Europa… Allí, frente a El Motorista, lugar de peregrinación de muchos moteros, hasta se cortó un tramo para ellos. Disfrutaron como niños. Ya es una tradición. Al mismo tiempo, en la plaza de toros, Los Secretos, Rebeldes, Burning... protagonizaron un festival para los más nostálgicos y dio algo de vida a una zona olvidada durante la motorada. Algo es algo, pensarán los hosteleros.
Entre el escaparate que supone la atracción de tantos moteros estos días y el derecho al descanso. Ahí está la disyuntiva de muchos. Pero un fin de semana al año, Jerez, pese a quien le pese, es capital mundial del motociclismo. Y que lo siga siendo.