Fotografías impensables no hace mucho para un astrónomo aficionado.
Corría el año 1898. Mientras en el decadente imperio español perdíamos Cuba, en otro imperio, el británico, el escritor Herbert George Wells escribía la novela La guerra de los mundos, una novela donde por primera vez se contaba la invasión de nuestro planeta por otra civilización extraterrestre. Esta novela, luego se transformó en uno de los episodios más históricos de la radio. Orson Welles en 1938, en un periodo de entre guerras, hizo creer a muchos radioescuchas norteamericanos que Estados Unidos estaba siendo invadido por marcianos. Luego el cine, en varias versiones, les puso cara al horror de una humanidad a punto de ser aniquilada.
Venían de Marte. Un planeta que siempre ha llamado la atención al ser humano. Por aquel tiempo de la escritura de la novela también un astrónomo americano llamado Percival Lowell creyó entender en unos estudios del astrónomo italiano Giovanni Shiaparelli, que en Marte había canales. Y allí puso el objetivo de su telescopio. Llegó a pensar que era cierto. Que existían tales canales. Pero todo vino de una mala traducción del italiano canali que en el idioma hermano se entiende como algo natural, una formación del suelo y que Lowell lo entendió como algo artificial (en inglés channel. La imaginación se disparó y mucha gente empezó a pensar que en Marte había una civilización que construía canales para llevar el agua de los Polos a las zonas desérticas del planeta.
Ha pasado tiempo desde entonces y con las sondas enviadas por las distintas agencias astronáuticas hemos visto que no que no hay canales.
Pero el interés en Marte sigue ahí, porque debido a la danza de los planetas en su giro alrededor del Sol, y estar Marte situado en una órbita solar exterior a la Tierra, hace que cada determinado tiempo —26 meses— nuestros planetas se acerquen. ¿Y qué ocurre? Pues lo lógico: que Marte se vea más cerca y más brillante. Esta oportunidad conocida como oposición, hace que muchos astrónomos aficionados de hoy apunten sus ojos a Marte. Es más, hasta la gente común no habituada a estos temas han preguntado a quien esto escribe que qué es eso que está tan brillante en el cielo.
Marte. Su color rojo lo hace inconfundible en estas fechas, en la constelación de Escorpio, ya que es uno de los astros más brillantes del cielo, compitiendo en brillo con el más grande, pero más lejano, Júpiter, ya que el planeta marciano se encuentra a una distancia ahora de sólo 77 millones de kilómetros.
En Jerez, el astrónomo jerezano de la Agrupación Astronómica Jerezana, Andrés Jobacho, ha apuntado hacia este Marte de los cielos jerezanos obteniendo la impresionante fotografía que encabeza este artículo. Se pueden observar las manchas de la superficie provocadas por el polvo marciano oscuro que se mueve con el viento, el color rojo de los desiertos marcianos, e incluso en la parte superior del planeta, uno de los polos. Fotografías así eran impensables no hace mucho para un astrónomo aficionado, pero el avance de los telescopios y la informática nos regalan fotografías como las de este Marte jerezano que podemos disfrutar. No crean que es fácil ni consiste en sólo darle un click a una máquina de fotos. El conocimiento, la habilidad y la técnica del astrónomo, como Andrés Jobacho, tienen mucho que ver.
Una de las cosas que más hacen disfrutar al astrónomo o astrónoma aficionado es difundir la ciencia que tanto ama. Por eso, si te acercas a la Agrupación Astronómica Jerezana Magallanes, podrás tener la oportunidad de ver con tus propios ojos, no sólo Marte, sino muchos cuerpos celestes de nuestro firmamento. La AAMagallanes de Jerez está para servir a la ciudad de Jerez. Síguenos en nuestro programa de radio Un Punto Azul o en nuestra web.
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