El exalcalde ha regresado a prisión tras su permiso de Navidad, aunque volverá a salir para pasar la Nochevieja con su familia.
Pedro Pacheco ha podido disfrutar de su primera Navidad en familia después de tres años largos en prisión. Aunque en la tarde de este 25 de diciembre regresaba a Puerto III para seguir cumpliendo condena por el llamado caso Asesores, este próximo jueves volverá a salir para gozar de otro permiso de cuatro días y así poder estar en casa en Nochevieja y Año Nuevo. Después de que no obtuviera ningún beneficio penitenciario de este tipo hasta mediados de este año —cuando ya había cumplido prácticamente la mitad de sus condenas firmes—, este regreso con su familia por Nochebuena ha sido un trago un tanto agridulce, pues desde hace unas semanas la dirección de la cárcel le castigó con un traslado del módulo 12, donde había permanecido desde su internamiento en octubre de 2014, al módulo 8.
Allí convive ahora, como ha podido saber lavozdelsur.es, en unas condiciones mucho más restringidas, sin biblioteca, sin el punto de asesoramiento a los reclusos del que gozaba, o en compañía de internos como los sanguinarios líderes etarras Henry Parot y Mikel Jáuregui Agirrezabala, alias Gorri; otros peligrosos condenados por delitos de sangre; además de un sinfín de delincuentes comunes y, en su mayoría, toxicómanos y dependientes de la metadona. "Hay que dar vueltas todo el día al patio para no volverse loco ahí", comentan a este periódico fuentes consultadas. Como está publicado, el traslado a Pacheco se produjo tras una inspección rutinaria de su celda en la que se le detectó unos cuantos libros de más —esta ha sido una pelea constante del veterano político durante su estancia en la cárcel— y una almohada extra, además de un crucifijo de madera que le había regalado un recluso. Esto último en concreto fue considerado como "peligroso" por la dirección del centro, por lo que esta infracción ha provocado un cambio radical en las condiciones que tenía Pacheco en Puerto III.
"Pedimos que llamarse Pedro Pacheco no suponga una condena añadida", rezaba el lema de la concentración a las puertas del Ayuntamiento, la pasada semana, para protestar, precisamente, por la discrecionalidad y el castigo permanente que se está dando a un interno que, "de no tratarse de quien se trata, ya tendría hasta el tercer grado". "Pacheco ha devuelto el dinero malversado, ha pagado 200.000 euros en concepto de responsabilidad civil, ha cumplido tres años y dos meses de prisión, y, sobre todo, no puede reincidir, pues está inhabilitado de por vida para cargo público y para contratar por la administración. No se entiende este ensañamiento", afirman fuentes jurídicas consultadas por este medio.
Unas 300 personas reclamaban en su ciudad igualdad de trato durante su condena. Viejos amigos de la política, como el senador gaditano Francisco González Cabaña, incluso han registrado una pregunta en la Comisión de Interior del Senado para cuestionar al ministro Juan Ignacio Zoido acerca de la proporcionalidad del tratamiento que está recibiendo Pacheco en prisión, teniendo en cuenta por ejemplo que otros como Carlos Fabra o José María del Nido ya están en libertad. En privado, otros antiguos adversarios políticos, y sin embargo amigos, como el eurodiputado del PP Miguel Arias Cañete se dejaba ver estos días tomando café con Pacheco para, de alguna manera, expresarle también su apoyo en estos momentos.
Huertos de Ocio, otro juicio para junio de 2018 por un caso que llegó a estar archivado
"Esto es un maratón y lo importante es que hay que llegar al final", decía el exalcalde a la prensa a su llegada a su casa, el pasado jueves 21. Ahora, en Nochevieja, disfrutará de su primera nieta —viene un segundo en camino—, y luego otra vez al módulo de castigo, al aislamiento y a esperar que llegue en algún momento el tercer grado. En España no hay ni 80 políticos presos, pero uno de ellos es Pedro Pacheco. El mismo que hace 30 años puso de moda en toda España aquella frase de "la justicia es un cachondeo". En total, ahora acumula penas de un total de ocho años y nueve meses —pelea por la suspensión de la derivada del caso como Casa del Rocío— y hay tener en cuenta que aún le quedan dos juicios más que podrían aumentar la cifra global. En uno de ellos, el de los huertos de ocio —señalado para junio de 2018—, un caso en el que también se imputó a las exalcaldesas María José García-Pelayo y Pilar Sánchez, que quedó archivado, pero que se reabrió quedando solo Pacheco de nuevo ante la Justicia.
Los hechos que han derivado en esta causa se remontan a 2004, cuando el Ayuntamiento de Jerez desalojó a los arrendatarios de unos terrenos situados en la barriada de San José Obrero para la construcción de una promoción inmobiliaria. En su escrito de acusación, el Ministerio Fiscal resalta el "perjuicio económico" que ocasionó a las arcas municipales este proceso, después de que las parcelas fueron tasadas en 1,6 millones de euros, mientras la promotora traspasó al Ayuntamiento la propiedad de un edificio del centro histórico valorado posteriormente en 610.000 euros. Además del exalcalde de Jerez se sentarán en el banquillo ex altos cargos municipales como el entonces gerente de Urbanismo y dos abogados del área de Patrimonio. Aunque esta causa estaba considerada el último frente judicial que le quedaba al histórico andalucista, la admisión a trámite de un recurso de la acusación por unas obras en la avenida del Colesterol pueden convertirla en la penúltima.
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