Cuando tu primera exposición se convierte en una pesadilla

El pintor David del Ojo cuenta los inconvenientes surgidos durante la muestra que llevó al Alcázar y que fue acortada y desmontada antes de lo previsto por la celebración de Vinoble

David del Ojo (tercero por la izquierda), en su exposición.

David del Ojo nunca olvidará la que iba a ser su “puesta de largo oficial”. El artista jerezano, que se ha dedicado a la infografía, al cómic, al teatro o a la música, lleva cuatro años volcado en la pintura. “Intentando descubrir la técnica del óleo”, como asegura él. Sus creaciones las publicaba en su blog y en redes sociales, por lo que fueron muchos los artistas que le recomendaron que las expusiera. “No lo tenía pensado”, confiesa. Pero un día se decidió, y solicitó una sala de exposiciones al Ayuntamiento para mostrar su obra. Fue en marzo cuando le confirmaron que podía hacerlo en la Sala El Molino del Alcázar.

“Me dijeron que en mayo, pero sin concretar fecha”. Finalmente le concedieron del 18 de mayo al 10 junio. En un primer momento, porque cuando estaba montando la exposición le comunicaron que coincidiría con Vinoble, el Salón Internacional de los Vinos Nobles, Generosos y Licorosos, una cita bianual que acoge el Alcázar. “Me propusieron que la exposición se mantuviera durante la muestra”, asegura Del Ojo, aunque finalmente optó por concluirla el 31 de mayo para evitar que se pudieran deteriorar los cuadros.

Pero el martes, 29 de mayo, decidió desmontar. “Ya reventé”, cuenta el artista, al que no le sentó nada bien que operarios que estaban trabajando en los preparativos de Vinoble comentaran que no entendían “qué hacían ahí” los cuadros de Del Ojo. “Llegaron con muy malos modos, según me cuentan”, dice, porque según ellos “se colaban turistas” que entraban para visitar la exposición y entorpecían las labores de montaje. “Es cada dos años y me tiene que tocar a mí, siento una indefensión total”, se queja el pintor.

“Ha sido un descontrol”, señala Del Ojo, que tuvo que diseñar y costear la impresión de los carteles de su propia exposición, “porque me dijeron que iba a ser solo digital”. El pintor jerezano, aunque asegura que se siente “ninguneado”, se toma a broma lo sucedido. “Era mi primera vez y por eso he tragado tanto”, señala. Y es que la exposición no tenía ni personal de seguridad. “Los primeros días me iba por las mañanas, pero luego me encomendé a la Virgen Santísima”, comenta entre risas.

La exposición, llamada Cuatro años de vuelta a los orígenes y que estuvo doce días en el Alcázar, estaba compuesta por una treintena de obras en las que destacaban los retratos y autorretratos, bodegones, paisajes naturales y urbanos y de temática libre. “Esta primera exposición es el primer contacto de mi trabajo con la calle por lo que me servirá de estímulo para seguir avanzando e investigando en esta forma de expresión", decía Del Ojo durante la presentación de la muestra.

Su primera —y traumática— experiencia no le quita las ganas de continuar con su carrera artística, aunque sí de “tratar con el Ayuntamiento” —incluso le propusieron exponer más adelante pero se negó—, por lo que ahora centrará sus esfuerzos en presentarse a concursos y e intentar llevar sus obras a salas privadas.

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