A sus 26 años apenas sabe lo que es el paro porque ha ido enlazando un trabajo con otro desde los 16. Ahora es empleada en una heladería y una pizzería.
Cristina Luna, de 26 años, lleva desde los 16 trabajando, enlazando un empleo tras otro después de acabar la ESO. “Me gustaba Medicina, pero es muy difícil y sabía que no la iba a sacar”. Tras hacer un grado de peluquería y auxiliar de clínica ecuestre, ha pasado por una peluquería, una tienda de ropa en un centro comercial, un taller donde hacía labores administrativas, una pizzería y una heladería. Prácticamente no sabe lo que es estar en el paro y esto, en una ciudad con una de las tasas de desempleo más altas de Europa, se podría considerar un logro. Pero siempre hay que mirar la letra pequeña. Actualmente compagina su trabajo en la pizzería y en la heladería, en la primera con un contrato de 35 horas al mes y en la segunda con uno de 21 horas a la semana. Entre los dos no gana más de 600 euros. Es el paradigma de empleo precario que tanto denuncian los sindicatos.
“Entro a las 12 de la mañana y salgo a las cinco de la tarde de la heladería, de ahí corriendo a casa, termino de comer pasadas las seis y ya tiro para la pizzería, porque entro a las ocho y de ahí, al cierre”. Así, prácticamente, de lunes a viernes, relata Cristina, que reconoce que estos horarios le impiden hacer “vida social”. “Esto es una putada bien gorda”, considera. “En verano no puedo ir a la playa. Lo de tomar unas tapas con amigos, de higos a brevas. Como mucho, tomarnos las pizzas que han sobrado sentados en un banco cuando acabamos. Los domingos son los únicos días que puedo salir un rato por la noche”.
El mes de mayo se cerró en la ciudad con 31.750 desempleados, 606 menos que en abril, lo que supone un descenso del 1,87 por ciento. Si bien tradicionalmente los meses de mayo han traído consigo un descenso en el número de inscritos en los servicios públicos de empleo, sobre todo por la Feria del Caballo, este año destaca en el hecho de que la mayoría de esos contratos de Feria se realizarían en abril, dado que el evento comenzó a finales de ese mes, lo que significa que aún así mayo ha repetido esa tendencia descendente. Echando la vista atrás un año, el número de personas que encontraron trabajo en el mismo mes, pero de 2015, fue ligeramente superior (648), si bien la ciudad tenía en términos globales 1306 personas más desempleadas (33.056).
De esta manera, Jerez se sitúa por debajo de los 32.000 desempleados, dato éste que no se producía desde hace cinco años. Por sectores, el de servicios, con 20.258, es el que más desempleados acumula, seguido a gran distancia por el de la construcción (3.608), industria (1.792) y la agricultura (1.604). De otro lado, fueron 5.030 las personas sin empleo anterior. Por sexos, las mujeres siguen a la cabeza en lo que al paro respecta, con 18.405 afiliadas a los servicios públicos de empleo, por los 13.345 hombres. En lo referente al número de afiliados a la Seguridad Social, Jerez cuenta en este sentido con 55.871 personas, de las cuales 41.512 están en el Regimen General, 9.726 son autónomos y 2.269 están en el régimen agrario.
Desde Comisiones Obreras, su secretario local, Rafael Tejada, valora este descenso como "claramente insuficiente" y recuerda que "la enorme duración de la crisis, el fracaso de las políticas de empleo, las reformas laborales y el recorte en las prestaciones por desempleo impuestas por el Gobierno están provocando un gravísimo deterioro en la protección a los desempleados, donde más del 65 por ciento en Jerez no cobra ningún tipo de prestación y cada mes se van incorporando más personas a esta situación de desamparo".