Cómo un barrio de Jerez se transforma y se llena de color gracias a la colaboración de sus habitantes

Torresoto e Hijuela de las Coles desarrollan un proyecto cultural que implica a sus habitantes para que ellos mismos pinten mobiliario público y otros elementos que hagan más agradable el entorno

El muro de la plazoleta de Torresoto e Hijuela de las Coles con el dibujo bosquejado para que le den color los propios habitantes del barrio.
El muro de la plazoleta de Torresoto e Hijuela de las Coles con el dibujo bosquejado para que le den color los propios habitantes del barrio.

“Cuando fuimos al Ayuntamiento de Jerez a presentar este proyecto nos preguntamos lo que queríamos que hiciera por el barrio; se sorprendieron cuando solo le pedimos pintura, brochas, una pista de petanca y el vallado de dos espacios”.

Así lo cuenta  Pedro Saborido, de la Asociación Vecinos de Torresoto e Hijuela de las Coles, una petición que está en sintonía con una filosofía que el colectivo está aplicando en su barriada con el objetivo de buscar la implicación del vecindario.

La idea es que los vecinos tengan que pintar un mural bosquejado en un muro que marca el perímetro de una de las plazoletas del barrio, un parque infantil y otros elementos urbanos, todo en una cita que se ha programado para el sábado y el domingo de 10 a 13 horas.

El Ayuntamiento ha pintado el muro de blanco y ahora los vecinos son los que le darán color. Lo mismo harán con los aparatos del parque infantil, adecentándolos y pintándolos, después de que se haya cambiado el suelo y vallado su entorno. También pintarán los bancos y otros elementos urbanos. Los colores elegidos son los mismos que se usarán en el mural para que haya una conexión en todo.

El trabajo les llevará varios fines de semana, empezando el próximo; la meta está puesta el 28 de febrero, Día de Andalucía, con la inauguración de lo realizado. “Queremos y buscamos que sea la gente del barrio la que participe y lo haga”, explica Saborido.

Torresoto e Hijuela de las Coles es el único barrio de Jerez que lleva a cabo un programa de estas características, “y nos gustaría que la idea prosperara en todas las barriadas”.

Este proyecto cultural ha puesto en marcha varios talleres: pintura y dibujo, teatro, con tres obras presentadas; macramé, punto rumano, corte y confección, pilates, yoga terapéutico, meditación y otro de modelado.

“Todo esto ha surgido desde la asociación de vecinos, cuya junta directiva llevamos año y medio promoviendo esta filosofía”, siempre con “ganas de trabajar” y abiertos a quien esté interesado en la cultura.

Es una barriada tranquila con un punto de discordia localizado en la ocupación de viviendas. Pedro Saborido destaca que otra línea de trabajo de la asociación se centra en integrar a los nuevos habitantes que están llegando, mediante iniciativas como este programa, “para implicar a todos en la vida del barrio”, así como movilizar a los mayores y que participen, “que no se queden en sus casas”.

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KIKO ABUIN 1

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