Tras un vertiginoso comienzo de Feria del Caballo, el lunes festivo se torna de transición entre los que aún tienen ganas de más fiesta y los que prefieren reservar fuerzas para lo que queda.
Algo raro pasa cuando un lunes de Feria te levantas con dolor de cabeza, el estómago gruñendo y los pies doliendo más de lo normal. Resulta que ahora que uno se acababa de acostumbrar al cambio al horario de verano, la Feria va y comienza un día antes. Y a eso todavía hay que acostumbrarse. Si antes la fiesta comenzaba al ralentí para acabar en sexta marcha, ahora la historia ha cambiado y se torna vertiginosa desde el minuto uno. Y eso se notaba en no pocas caritas en el Real. Ya veremos a ver cómo escapamos de este auténtico jet lag feriante.
La cosa es que el lunes de Feria cayó en 2 de mayo, una fecha de esas históricas. El prólogo de la Guerra de la Independencia contra los franceses la plasmó muy bien Goya en varios cuadros. Si el de Fuendetodos trabajara actualmente en el televisivo Ministerio del Tiempo podría coger sus bártulos, plantarse en Jerez en 2016 y pintar perfectamente aquel de la carga de los mamelucos, cambiando a la caballería mora por centenares de bolizas haciendo botellón en según qué zona del Hontoria. El 2 de mayo también es fecha destacada para la familia socialista. Hace 137 años Pablo Iglesias –“el bueno, el de verdad”, como dicen algunos con guasa– fundaba el PSOE. Sin embargo, el que ayer festejó la jornada en el Real fue el PP, cuya caseta está precisamente frente por frente al del partido del puño y la rosa. Con una berza celebraba Pelayo, en compañía de sus compañeros en Jerez y del presidente provincial Antonio Sanz, el archivo de su causa en la trama Gürtel. Como “Honesta y ejemplar” definió Sanz a la exalcaldesa, que seguro se va a pegar una Feria como hace años no disfruta.
Y a lo tonto a lo tonto, otra vez el alumbrado encendido. A algunos les coge desprevenidos y todavía aprovechan para tomarse la penúltima entre baile y baile. Otros ven la señal inequívoca de que es hora de cruzar una de las portadas, tomar el camino de vuelta a casa y descansar lo que se pueda para rendir lo mejor posible en el trabajo tras el largo puente festivo. Hora de sacar la bandera blanca y pedirle una tregua a este monstruo de siete cabezas llamado Feria. Como hicieron, por cierto, los gabachos aquel 2 de mayo de 1808.