Afortunadamente la caída de cascotes, en el edificio Rotonda de los Casinos, no afectó a nadie.
Quiso la fortuna que la Madrugada de Jerez se fuera al traste por la lluvia y descendiera considerablemente el número de personas en la calle, porque de lo contrario, a la hora en que se cayó parte de esta cornisa del edificio Rotonda de los Casinos, aún habrían estado pasando cofradías en su transitar por la Carrera Oficial en dirección a la Catedral, con el elevado riesgo de que algún cascote hubiera caído encima de alguien.
Lo único cierto es que el desprendimiento no provocó ningún incidente más allá de la intervención de la Policía Local y de los bomberos, para comprobar el estado de la fachada.
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