Sobre el patrimonio de Jerez: el palacio Riquelme

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Uno de los mayores exponentes del arte renacentista en Jerez.

El palacio Riquelme, situado en la plaza del Mercado, es uno de los mayores exponentes del arte renacentista y plateresco de nuestra ciudad. El inmueble, que se encuentra en el espacio de intramuros, muy cerca de la iglesia de San Mateo, es objeto de múltiples artículos de lavozdelsur.es. Entre ellos destaca La plaza del mercado no tiene quien la cuide o La maldición del Palacio Riquelme, en los que se denuncia el mal estado que muestran tanto el palacio como la plaza en la que se encuentra. Afortunadamente, hace no mucho asistimos a unas labores acometidas para la conservación de este espacio. Hoy en día el edificio pertenece al Ayuntamiento de Jerez y en el presente artículo hablaremos un poco su historia y, brevemente, de sus alrededores.

Aunque por su estado actual pueda sorprendernos, durante la Edad Media la plaza del Mercado fue uno de los centros neurálgicos de la ciudad y por ello Hernán Riquel eligió este lugar para construir, durante el segundo tercio del s. XVI, su palacio como símbolo del poderío familiar. Este edificio, ante la nueva sensibilidad humanística y la prosperidad económica del momento, se caracterizó por su estilo renacentista y por la ruptura con los modos de construcción medievales. La noticia más antigua que hace referencia a este palacio la encontramos en la obra Viaje de España de Antonio Ponz:

“Hay una casa antigua que hace frente a la plaza del mercado, y pertenece, según me dijeron, a don Pedro Riquelme, se conoce que en lo interior esta desfigurada, o no se hubo de acabar: pero se conserva la caprichosa portada del estilo de Berruguete, anterior al tiempo en que se hicieron las casas del cabildo. Consta de cuatro columnas en el primer cuerpo, revestidas las jambas y friso de la puerta con cabecillas, animalejos ideales y otras labores. Tiene un segundo cuerpo más pequeño con semejantes ornatos, y a los lados dos figuras, al parecer representativas de Hércules en acción de dar a un león con las mazas que tienen en las manos”.

Este monumento es una de las grandes muestras de nuestro arte renacentista, pero existen en Jerez un conjunto de obras de este período que nos hacen entender que a lo largo del siglo XVI hubo un grupo de artistas, prácticamente desconocido a día de hoy, que influyó de forma original en el florecimiento estético de la ciudad y que estaba bastante influenciado por las construcciones que se estaban realizando en Sevilla. Esta prosperidad artística se entiende si sabemos que, por aquel entonces, Jerez pasaba por un período de pujanza económica debida, entre otros factores, al fin de la guerra con Granada y a la progresiva reconversión de una localista economía agrícola de autosuficiencia a un modelo de exportación.

En primera instancia, el edificio fue concebido como una construcción de dos plantas, pero al final solo se realizó la primera. En total, a día de hoy, posee unos 1.100 metros cuadrados, producto de continuas ampliaciones. Sin embargo, la masa del palacio fue construida en 1535 y su fachada elevada en 1542. Existen dudas acerca de la autoría de la obra, aunque suele atribuírsele a Fernando Álvarez y algunos autores se plantean que Hernán Riquel participara activamente en el diseño de la misma.

A través de esta construcción, los Riquelme quería demostrar su poderío y estatus ante la sociedad, pues se encontraban en clara rivalidad con las otras grandes familias de la ciudad, como los Ponce de León. Por lo tanto, no es de extrañar que el Palacio Riquelme imite los tipos de moda de los palacios castellanos y sevillanos de finales del siglo XV. Como ya hemos apuntado, el proyecto original incluía dos alturas, pero finalmente sólo la espectacular portada posee ese tamaño.

La portada incluye una ingente cantidad de alusiones a la mitología clásica, en clara correspondencia con la actitud humanística de la época. Está organizada en dos partes bien diferenciadas entre las que destacan dos figuras de Hércules, realizadas en altorrelieve muy abultado, reconocibles por la clava y el león, que aluden a episodios míticos del héroe. Junto a estas figuras vemos un tondo central, enmarcando el busto de una figura femenina en posición frontal, a la que parecen atacar dos aves y dos medallones en una alusión al matrimonio que encargó la fachada.

Un escudo con la heráldica familiar de los Riquelme -un yelmo con cimera- es escoltado por dos figuras masculinas. Esta ornamentación se completa con cuadro medallones que corresponden a los bustos del emperador Constantino, de los gemelos Rómulo y Remo, el rey Nabucodonosor y de la reina Camila. Un detalle que observamos, y será típicamente jerezano, aparecerá por primera vez en este palacio: las columnas situadas en los ángulos exteriores de edificación muestran unos capiteles de cogollos que son una simplificación renacentista de los capiteles corintios, elemento tomado de los comerciantes genoveses que arribaron en la ciudad.

Tras la entrada se accede al patio apeadero, pasando por el zaguán, espacio desde el que puede divisarse la plaza del Mercado y que, en consecuencia, carece de funcionalidad defensiva alguna. El acceso desde la entrada hasta el patio está dividido en dos tramos, característica es típica de las casas renacentistas de planta muy alargada.

El patio era frecuentado por la aristocracia, la familia, los mercaderes, los ricos labradores, etc. Debió ser, por tanto, un lugar protocolario de recepción y de proyección social del dueño, que reflejaba su poder y su fortaleza, pero también al negocio y a la vida pública. De este apeadero pasamos a través de una galería de arcos a un jardín rectangular, que debía de ser el lugar de recreo familiar. Junto a estos espacios se alza una casa de gusto neoclásico y en la que se llevaba a cabo la vida privada de los dueños del lugar.

Bibliografía

Delegación de urbanismo. Proyecto de actuaciones de Consolidación en el Palacio Riquelme. Ayuntamiento de Jerez.
López Campuzano, Julia (1994). La fachada del Palacio Riquelme. En Anales de la Historia del Arte. 4. 147-154.
Orellana González, Cristóbal & Guzmán Oliveros, Natividad (2001). El palacio renacentista de Riquelme. En Revista de Historia de Jerez. 7. 49- 76.
Ruiz Moreno, Saulo (2012). Alquimia en Jerez. Jerez. Tierra de Nadie. 

Sobre el autor:

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Emilio Ciprés

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