El tenor Ismael Jordi y un cuarteto con David Lagos como voz invitada regala una noche de lluvia de estrellas en la apertura del III Tío Pepe Festival.

Rodeado de un acogedor silencio sepulcral y de la atmósfera casi mística que encierra la bodega Los Apóstoles, en González Byass, Ismael Jordi ha aparecido puntual e impecable a la cita. El tenor jerezano ha sido el encargado de inaugurar la tercera edición del Tío Pepe Festival, un evento de primer orden que crece generosamente verano tras verano y que empieza a consolidarse como una de las grandes ofertas culturales (y lúdicas) de la provincia. Aprovechando los rincones de ensueño y todo el encanto de las legendarias instalaciones, el recital ha estado dividido en dos partes y ha tenido lugar en dos espacios diferentes del complejo. Tras un intermedio, vermú incluido, los artistas y el público se han trasladado a Los Gigantes, donde quizás habría que haber calculado mejor las condiciones acústicas para un espectáculo privado íntegramente de amplificación de sonido. Pese a los detalles técnicos, el singular programa, con guión y dirección escénica de Francisco López, ha mostrado a un Jordi maduro, versátil y arrojado. Muy comunicativo con su público, generoso para dar protagonismo a su cuarteto acompañante —sobresalientes piano, vientos, contrabajo y la voz flamenca de David Lagos—, y con una pasmosa capacidad de transmisión y pellizco.

Capaz de repasar con soltura algunas de las arias que le han llevado a pisar los mejores teatros de ópera del mundo (Covent Garden, La Fenice, Viena…) en sus 16 años de carrera, pero también de atreverse con canciones tan populares como los tangos Nostalgias y El día que me quieras, de Gardel, muy del gusto de su padre y que, por tanto, ha escuchado desde siempre. Centrado en sus dominios, Jordi sobresale en los papeles que tiene trillados, como el Edgardo de Lucia di Lammermoor, pero también es capaz de adentrarse en nuevos territorios, registros y tesituras vocales sin abandonar su alma esencialmente lírica.

El alumno aventajado de Kraus no trata de imitar o readaptar su voz de forma impostada sino que acomoda a su técnica cada una de las composiciones que, en principio, podrían parecerles ajenas. Y lo hace tan natural que consigue entusiasmarnos. Reinterpreta con vehemencia pero sin afectación clásicos como En un rincón del alma, de Alberto Cortez, solo ayudado por las notas del portentoso piano de Lucía Moreno, directora musical del espectáculo; y remata la primera parte con dos rancheras, Ojalá que te vaya bonito y Volver, volver. Menos folk y más líricas. El público, que ha abarrotado la primera noche de festival, aplaude con ganas la propuesta.

Las canciones no es que crezcan, es que se agigantan en la voz del tenor. Como sucede cuando reinterpreta dos de los hits de Manuel Alejandro —¿hasta cuándo durará el olvido histórico por parte de su ciudad natal?—, Procuro olvidarte y Se nos rompió el amor, con los que ha abierto la segunda parte del programa. La zambra La luz de tus ojos grises, a dúo con el cantaor y amigo David Lagos, ha sido el gran momentazo de un repertorio heterogéneo y poco predecible —salvo porque contábamos con el programa de mano—, dentro de un recital conducido por el cantante con extraordinaria personalidad y poso escénico. Lo mismo para dejar que la espectacular armónica de Diego Villegas nos haga vibrar con unos fandangos porteños de Piazzola; para transportarnos a otras latitudes con el romance sefardí y la granaína chaconiana de Lagos; o para que él mismo clausure la noche con otra ración de bel canto con intenso sabor y olor a palo cortao. Una garganta plástica y prodigiosa cuyos límites siguen siendo una incógnita. Una noche para contemplar las Perseidas, en estos días de máxima visibilidad de este fenómeno astronómico, sin salir de los muros y los bellos techos de las bodegas. Si dicen que la vida imita al arte, quizás el arte imite al cosmos. Yo les prometo que por el escenario han desfilado auténticas estrellas.

Sobre el autor:

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Paco Sánchez Múgica

Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

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