Los 'armaos', la resistencia del Jueves Santo en Sevilla: para un romano, la lluvia no es nada

El centro de la ciudad, triste por la ausencia de hermandades, ha contado al menos con esta guardia de Pilato, que han visitado a los niños del hospital, como ya es tradición

Los 'armaos', en el Hospital de la Macarena.

Los armaos de la Macarena son los romanos arrepentidos. Guardia de Poncio Pilato, el momento en el que más brillan es, lógicamente, la Madrugá, acompañando al Señor de la Sentencia. Pero las tardes del Jueves Santo no son solo, históricamente, la de las procesiones. Sino también los de esa ronda de los armaos, por las calles de su barrio, y por todo el centro.

Dentro de esa guardia se integra la banda de música, pero no son los mismos. Porque los armaos son del siglo XVII. La Hermandad de La Macarena recupera su figura a principios del siglo XX. Y desde los 50, viste con leotardos rosas bajo las corazas y, por supuesto, el machete. Porque armaos es lo que significa, armado, de armas.

Oficialmente, van escoltando los trabajos por la mañana previos a la Madrugá, si bien han desarrollado una mitología propia con el paso de los años. Desde la búsqueda del capitán, organizarse frente a la basílica en la tarde, y acudir a visitar a los niños al hospital. Este año, al Virgen Macarena, a unos metros del templo.

Por las calles, en esta jornada surge mucha magia. Paseos en marcha militar, cornetas, calles donde reciben aplausos, saludos. Una parte un poco más festiva, pero no por ello menos fervorosa, de la Semana Santa. 

Este Jueves Santo, han mantenido el fuerte en pie. A falta de pasos en la calle, los armaos no han temido a la lluvia. Para eso son romanos.