El santuario de San Lucas ha abierto sus puertas este pasado Miércoles de Ceniza con motivo del besapies al Cristo de la Salud, imagen que ese año difunde la Semana Santa jerezana al ser la que protagoniza el cartel oficial. Esta elección de la artista, Inmaculada Peña, causó sorpresa hasta en la misma hermandad, dado que esta imagen no se encuentra entre las que acaparan devociones, tampoco una atención general en las calles ni en sus actos de culto, como el de este miércoles,
Sin embargo, la autora del cartel lo tenía claro, este crucificado tiene valor artístico e historia más que sobrados. Así lo defendió en la presentación de su lienzo mientras que la hermandad de las Tres Caídas vio con este cartel una magnífica oportunidad de seguir difundiendo a esta talla del siglo XVIII atribuida a Pedro Roldán.
El ambiente de este besapies no es precisamente comparable al que concurre cuando se expone al Señor de las Tres Caídas, el primer viernes de marzo. La devoción a este Nazareno es icónica en el mundo cofrade local así como en la Semana Santa cuando protagoniza la estampa más explícita de devoción con el acompañamiento de miles de personas tras su paso. Obviamente eso está muy lejos del Cristo del cartel.
Tan solo lleva cuatro Miércoles Santo formando parte del cortejo de la cofradía de San Lucas. El primer año fue en 2018 y hasta la fecha, salvando los dos años sin Semana Santa por la pandemia. Antes, la hermandad decidió recuperar el que fue titular de la primitiva Cofradía de Dolores, presentándola en 1992.
Fue restaurada por el recordado y mejor profesional, además de hermano mayor, Francisco Bazán. Esta advocación formó parte del título de la corporación en1995, lo que llevó a esta hermandad ha adoptar la impronta histórica de esa añeja cofradía ya extinguida y ahora recordada por la actual que incluso proclama su nomenclatura como Cofradía de Dolores.
Dentro de esa ‘promoción’ que está procurando la hermandad hacia el Cristo de la Salud, se verán novedades este mismo año ya que ante su paso se formará un cortejo especial formado por los más pequeños de la cofradía al decidir esta permitir que vistan la túnica los menores de 16 años, como establece su normativa.
Además, tras el crucificado incorpora una banda de cornetas y tambores dejando el grupo coral que ha venido llevando para darle otros aires y, en cierto modo, para que llame más la atención.
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