Un vuelo que viajaba desde Reino Unido con destino al aeropuerto de Alicante tuvo que solicitar presencia policial para el momento del desembarco una vez llevado a cabo el aterrizaje.
En el interior del avión, de la compañía Ryanair, viajaba una treintena de pasajeros ebrios que, al parecer, se habían llegado incluso a pelear a bordo.
Desde la cuenta oficial de los controladores aéreos informaban de las medidas desarrolladas para solventar este problema. "Prioridad, recorte de maniobra en lo posible y se coordina la presencia de policía. Reiteramos nuestro apoyo a las tripulaciones y pasajeros que tienen que sufrir estas situaciones".
El mismo aeropuerto ya sufrió en el mes de abril una circunstancia similar. Por entonces, un vuelo procedente de Noruega aterrizaba tras una pelea de quince pasajeros en la parte trasera de la aeronave.