Cuando se ha cumplido una semana de la desaparición de Pablo Sierra Moreno, el joven estudiante de Matemáticas de 21 años al que se le perdió el rastro en Badajoz en la madrugada del viernes pasado, no son buenas las noticias que ofrece la investigación del caso.
Tras el análisis de su móvil, que fue encontrado por un guardia civil retirado que paseaba con su perro por la orilla del Guadiana, se ha comprobado que el terminal tenía restos de sangre.
La Policía Nacional sigue tratando de reconstruir los movimientos que hizo el joven la noche del jueves. Se siguen buscando testigos que pudieran ver a Pablo en la zona del casco antiguo de Badajoz donde, al parecer, estuvo.
En la jornada de ayer también saltaron las alarmas tras la llamada por la tarde un vecino al 112 alertando de que había visto una prenda de ropa en el Guadiana, muy cerca donde fue encontrado el teléfono de Pablo. Tras el despliegue policial, se localizó un tronco de árbol que fue lo que despistó al ciudadano que avisó al servicio de emergencias.
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