Relato de un atraco por la espalda: "Me asaltaron por detrás y no me dejaban hablar ni respirar"

Francisco Coveñas relata el robo sufrido de medianoche, cuando volvía a su casa en bicicleta y tres hombres lo redujeron aplicando la técnico del 'mataleón'

Francisco, cerca del bloque de viviendas donde reside y donde fue atracado. FOTO: MANU GARCÍA

Francisco volvía de casa de un amigo en bicicleta, a medianoche, cuando se llevó uno de los mayores sustos de su vida. Estando ya en el portal del bloque donde vive, rebuscó en su mochila para coger las llaves cuando fue asaltado por tres hombres. Uno de ellos saltó, lo agarró por detrás y le aplicó la llave conocida como mataleón, o hadaka-jime en japonés, ya que se usa en artes marciales como el judo. “Dame todo lo que tengas o te juro que te mato”, recuerda que le dijeron los asaltantes, de 35, 24 y 13 años de edad. “No me dejaban hablar, ni respirar”, señala Fran Coveñas, como quiere que le llamen, en declaraciones a lavozdelsur.es.

Al joven le quitaron la mochila, donde llevaba el móvil, y un monedero. “Me levantaron la camiseta y me metieron la mano en el bolsillo para ver si tenía algo más, tras lo que me dejaron tirado en el suelo”, explica Francisco. “Iba a salir detrás de ellos, pero sería tres contra uno y me podían pegar una paliza, podía ser peor”, pensó. Los asaltantes, que “hicieron amago de llevarse la bici”, salieron finalmente corriendo, algo que ayudó a que el joven alcanzara pedaleando a un coche de Policía Nacional que patrullaba por la zona, cerca de la calle José Cádiz Salvatierra, donde se produjeron los hechos.

El joven, tras explicar lo sucedido a los agentes, esperó hasta que fueron detenidos. Los tres asaltantes salieron corriendo y se ocultaron en la zona de lavado de coches de la estación de servicio Juan Holgado, donde comenzó la persecución de los agentes, dos a pie y dos en coche, para darles alcance cerca del aparcamiento de Ifeca, donde fueron reducidos por la Policía Nacional, que recuperó la documentación, las tarjetas bancarias y el dinero de Francisco.

La mochila apareció, pero su móvil no. “Fuimos a buscarlo y lo encontramos junto a un semáforo”, explica. “En vez de pasarme a mí, que soy grande, le pasa a un anciano o a una mujer con el cuello más endeble… y podían haberla matado o haberle roto una vértebra”, expresa Francisco. “Fui a Urgencias para que me vieran el cuello, porque me dolía al tragar y lo tenía rojo, pero ya estoy mejor, no fue grave”, relata Coveñas, que sufría una contusión en su zona cervical y tiroidea.

El joven denunció los hechos en la Comisaría de Jerez, donde lo esperaba su familia, y ya hasta conoce las penas impuestas a sus agresores: 18 meses de prisión y tres años de orden de alejamiento para uno de ellos, 12 meses y tres años de orden de alejamiento para otro, además de la imposición de multas y “una pequeña indemnización” por los daños sufridos. Un susto que no olvidará en mucho tiempo.

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