María Salmerón ha recibido el tercer grado y podrá salir del Centro de Inserción Social de Alcalá de Guadaíra para ir a trabajar, así como los fines de semana. En breve podría quedar en libertad, bajo control telemático.
La mujer ingresó en el mismo el pasado 9 de junio de forma voluntaria para cumplir una condena de nueve meses de cárcel por no haber permitido a su exmarido, condenado a su vez por violencia de género, las visitas a la hija de ambos.
Salmerón intentó conseguir su indulto, pero no le fue posible. La junta de tratamiento del presidio puede conceder el tercer grado sin necesidad de que sea propuesto previamente a la Secretaria General de Instituciones Penitenciarias, a la que sí deberá informar de su decisión.
Al tratarse de una pena inferior a un año, la junta de tratamiento puede conceder el tercer grado sin necesidad de que sea propuesto previamente a la secretaria general de Instituciones Penitenciarias, a la que sí se informará de la decisión adoptada con Salmerón.
En unas semanas, esta medida podría ser sustituida por otra incluso menos gravosa, que consistiría en que quedaría en libertad bajo control con medios telemáticos.
Hace unos días, la hija de María Salmerón difundió un comunicado en el que expresa que estaba rota de dolor ante la entrada en prisión de su madre. "En el día de hoy mi peor pesadilla se ha hecho realidad. He tenido que ser testigo del ingreso de mi madre en un centro penitenciario. He observado paralizada como se cerraban tras ella las puertas de ese sitio que su maltratador, pese a ser condenado, nunca pisó. Estoy rota y llena de rabia e impotencia", expresaba.