El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, está políticamente acorralado desde que ha trascendido que obran en poder de la Guardia Civil unas conversaciones en las que se refiere al cobro de comisiones por adjudicaciones de obras.
Todo está dentro del caso Ábalos-Koldo. La UCO ha entregado un informe que recoge cómo Cerdán hablaba con Koldo, asesor del exministro Ábalos, sobre el cobro de mordidas por obras públicas, cómo se habrían amañado y que le debía una empresa 400.000 euros, una cifra para nada menor.
Es un terremoto político porque sería el segundo caso de un número tres del PSOE salpicado por la trama. Cerdán es del círculo de mayor confianza de Pedro Sánchez, y si no ha sido elegido ministro, es porque el presidente le ha dado las llaves del partido. En el congreso federal celebrado en Sevilla, se especuló con que Cerdán fuera apartado, pero Sánchez volvió a confiar en él.
En numerosas ocasiones, la número dos del partido y del Gobierno, María Jesús Montero, ha mostrado su confianza hacia Cerdán. Pero si se ha enriquecido, como cree la Guardia Civil, Montero habría puesto "la mano en el fuego" para acabar quemándose.
Ahora, el magistrado del Supremo que instruye la causa ha ofrecido a Cerdán la posibilidad de acudir voluntariamente a declarar. Lo haría el 25 de junio.
Mientras, Cerdán ha dicho a su llegada al Congreso este jueves que "no recuerdo" el contenido de esas conversaciones. Más de 12 horas después de salir a la luz pública parte de ese informe. Una explicación muy exigua pero que igualmente parecía cogerle desprevenido.
Una rueda de prensa pronto
De hecho, dice que dará explicaciones cuando se conozcan más detalles del informe de la UCO, en una rueda de prensa que puede ser este jueves o el viernes. "Mientras tanto, no sé qué explicaciones puedo dar porque no conocemos más".
La oposición ha abucheado a Cerdán a su llegada al Congreso y sigue exigiendo un adelanto de las elecciones por los numerosos casos que rodean a Pedro Sánchez. Sumar también tiene dudas a estas alturas y pide explicaciones a su socio de Gobierno, el PSOE.
Es un terremoto político, quizás el mayor desde que cayera Ábalos. Un golpe que Pedro Sánchez tendrá que intentar atajar.
