Andar por el centro de este pueblo es como andar por el centro de cualquier pueblo de Sevilla. Los balcones están engalanados para la fecha, con la imagen de la Virgen del Rocío. Es una mañana de junio y por una de las pocas calles peatonalizadas que hay se ven de forma mayoritaria a personas mayores paseando o haciendo recados. Muchos de ellos conservan la mascarilla. En los balcones también resisten las banderas que los béticos utilizaron para la final de la Copa de Rey. Tiene pinta de que durarán. Es un pueblo cualquiera del Aljarafe de Sevilla con una salvedad. Aquí el PSOE no domina las elecciones.
El día es ordinario como otro cualquiera de junio. El sol y las nubes se alternan. Cuando sale el sol aprieta de lo lindo. Tomares ya está preparado para el verano. En las calles del centro los operarios del Ayuntamiento finalizan la colocación de los toldos que llenan de sombra el pavimento. Una carnicería cerrada, algunos bares, una peña bética y otra sevillista, una iglesia, una frutería o una floristería. Todo normal. Nada extraño.
Esta parte de Tomares, a pesar de ser la más común y normal, es la más desconocida. El pueblo está lleno de avenidas. Apenas hay bloques de pisos y los que hay no tendrán más de diez años. Abundan los jardines y las zonas verdes. Todo está cuidado. Tomares en sí parece una urbanización, aunque está compuesta de varias. Sus unifamiliares y chalets esconden piscinas, muy visibles a través de Google Maps, y ocupan un terreno mucho más amplio de lo que ocuparían 25.000 habitantes en cualquier otro pueblo. En uno de sus extremos hay un campo de golf. Hablamos del segundo municipio con mayor renta per cápita de Andalucía. Aunque durante muchos años fue el primero.
Un casino lo separa de San Juan de Aznalfarache. Al subir la cuesta se ve el edificio de Canal Sur y la Giralda al fondo. Cerca también hay una Clínica Quirón. Varios restaurantes, pero pocos bares de tapas. Sobre el césped se ven las letras que componen Tomares, pero bien podría dar la bienvenida a 'La España de las piscinas', nombre con el que el periodista Jorge Dioni en su libro a este tipo de municipios, "Un mundo hecho de chalés, urbanizaciones, hipotecas, alarmas, colegios concertados, múltiples coches por unidad familiar, centros comerciales, consumo online, seguro médico privado, etc. Un mundo que favorece el individualismo y la desconexión social y cuya importancia política es hoy fundamental, pues de él depende la evolución del mapa político, sobre todo, el voto conservador".
Esta localidad aljarafeña no es una excepción. Gobierna el PP desde hace 15 años. También ganó las últimas generales. Seis meses antes sorprendió la victoria del PSOE, aunque sumando menos que toda la derecha. En las andaluzas ganó Ciudadanos. La mayoría con Ciudadanos y Vox también fue amplia. La aldea gala de Tomares es el centro. Se mantiene fiel al voto socialista y así lo demuestran los vecinos. Una señora a la que no le gusta hablar de política pero que nació y morirá en el pueblo comenta que ha cambiado, "hay mucha gente de fuera". Literalmente dice que antes todo esto era campo, ahora "hay barrios que no conozco". Antes de despedirse se queja de que cuando vivía en Cataluña con su marido, un guardia civil, no entendía nada si le hablaban en catalán.
"No veas el partidazo que hizo el Rodríguez ese", dice un hombre. Se refiere a Guido, el del Betis, y su actuación con Argentina. Pero venimos a otra cosa. A buscar respuestas sobre por qué entre tanto municipio socialista, hay uno que se mantiene fiel al azul. No tardamos en encontrarla. El modelo lo inició y desarrolló el Partido Socialista durante sus últimos años de mandato, "el pueblo está a tres minutos de Los Remedios", señala Antonio. Aquí está la primera respuesta. Éxodo desde el barrio más rico de la capital. "Mucho trabajador liberal como médicos del Virgen del Rocío y periodistas de Canal Sur", añade. Periodistas pudientes, ay. Por lo que nos dicen, muchos vecinos de estas zonas optan por llevar a sus hijos a colegios privados de municipios adyacentes a pesar de que en Tomares hay varios públicos. Un hombre reparte hierbabuena a todo el que le pide.
Sin embargo, Antonio da otra respuesta de más alcance. "Perdió la Alcaldía por la prepotencia y no hablar con la gente". Se refiere a la última alcaldesa socialista. Otra mujer ratifica esta frase, "se creía que era la ama y se equivocó". Esta señora se define como socialista, pero reconoce que simpatiza con Moreno Bonilla "por cómo habla". Eso sí, dice que no lo votaría en la vida. Cuando se le menciona a Vox dice que le dan escalofríos y que es fascismo.
En un banco hay una mujer mayor con flores sujetando flores. Nos da el titular de la mañana, aunque no se puede poner. No es un pueblo tan homogéneo como pensaba. También hay fieles de la izquierda. Ella afirma que no es de los ricos, "soy de los pobres" y que va a ayudar a todo el que pueda.
Por la calle pasea Miguel Ángel Melero, el candidato del PSOE a la Alcaldía. Una vecina le desea suerte. Hubo "hastío, enfado, desgaste, soberbia que puede ser muy castigado", manifiesta sobre el fin de los mandatos socialistas. También menciona el "cambio de modelo urbanístico" y en el "perfil socioeconómico más conservador" que llegó al pueblo. Todos coinciden en esto. En el centro mucha gente lo saluda con alegría. Esta zona se mantiene fiel al PSOE según los datos de las últimas elecciones, "es donde se concentra la esencia del pueblo y donde hay memoria", explica él. Ojalá nos hubiera respondido el PP para conocer la versión de la otra parte.
No se puede esconder que dan ganas de quedarse allí a vivir. Y de tener alguno de los Porsche o descapotables que se ven. Pero no es oro todo lo que reluce. En Tomares también hay gente en situación de exclusión. De ahí la existencia de asociaciones como Vivir Compartiendo. Desde ella avisan de que pese a lo que se ve, "hay muchas desigualdades". "Hay parte oscura y oculta a la que se intenta no dar visibilidad", concluye su portavoz.
El paseo concluye donde empezó. En las calles del centro. Las cervezas ya se cambian por tapas y los comercios echan la baraja para volver a abrir sus puertas por la tarde. Quien visite Tomares verá un chalet tras otro que conectan sus interminables rotondas. El PP gobierna y todo hace pensar que en 15 días arrasará. La España de las piscinas vuelve a tener un beneficiario. Y en Andalucía no hay pueblo donde se vea mejor.
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