Ciudadanos, desdibujado en el debate andaluz: pasa de puntillas por las críticas a Imbroda y llama a "una tregua"

Sergio Romero, portavoz de Cs, pidió más cordialidad ante "la foto que nos hacen hoy los andaluces". "Podría anunciar muchas medidas que se han tomado, pero no me voy a extender"

Sergio Romero, de Ciudadanos, en la tribuna con Marta Bosquet a la derecha de la imagen en su reincorporación. FOTO: Cs
Sergio Romero, de Ciudadanos, en la tribuna con Marta Bosquet a la derecha de la imagen en su reincorporación. FOTO: Cs

La segunda jornada del debate sobre el estado de la comunidad ha comenzado con la vuelta de Marta Bosquet, presidenta del Parlamento, reincorporada este miércoles tras dar negativo en la PCR horas antes. El martes fue la vicepresidenta del Parlamento Esperanza Oña ante la ausencia aún de Bosquet. Era la primera imagen para dar el turno a su compañero de partido, Sergio Romero, portavoz parlamentario de Ciudadanos. Tocaba el turno de los dos partidos del Gobierno para defender la gestión de la Junta. "Esta crisis es una oportunidad para reconciliarnos, para vencer unidos, nos lo pide la calle. Esta es la única vacuna que podemos ofrecer", decía para abrir. La posición del sanlqueño era muy difícil: tratar de aportar como grupo para repsar el Gobierno del que forma parte. Y ahondó en un discurso naranja de equidistancias y moderación para mantener ciertas frases hechas desangeladas.

Hay que recordar que la posición de Ciudadanos en el primer día de debate, el martes, quedó ocultada por la presencia de Bonilla como presidente en las intervenciones del Gobierno. El malagueño trató de no entrar en la gestión concreta de la crisis. Sí hizo un repaso a las circunstancias actuales y defendió el Presupuesto servido por Juan Bravo, su consejero de Hacienda, y que se someterá a votación en adelante, tras el proceso de negociación. Lo que sí tuvo que aguantar es que la oposición de PSOE y Adelante cargara sobre todo contra Javier Imbroda, el superconsejero naranja de Educación, de quien pidieron la dimisión. 

Romero, por su parte, trató de encuadrar su posición en lo ha hecho desde que llegó a la política el partido de Rivera y Arrimadas. "Cada uno, piense bien cómo quiere quedar retratado en esta foto que nos hacen hoy los andaluces. Tenemos que estar a la altura en este momento", señalaba. "Apelamos a la moderación y al diálogo", insistía. Es el punto de encuentro de Ciudadanos para tratar de sobrevivir como opción de nuevo de cambio tranquilo. El reto de Romero era grande. "Hay que construir juntos", dijo en un exceso de verbo preconcebido y previsible en los naranjas. "Pedimos una tregua", llegó a decir para abundar con un poco más en esa idea con algo de fuerza. 

En busca del factor diferencial, Ciudadanos ha optado por dotar de voz socialdemócrata para la salida de la crisis, abundando en el gasto, como defiende su consejero de Hacienda, Rogelio Velasco. Pero no fue por ahí Romero. Hasta antes de la crisis, sí reconoció que apostaron por "una administración moderna", bajada de déficit, control de inversiones... Un cambio, una transición acabando desde un modelo de subvenciones, llegó a decir. "Había que acabar con cuatro décadas de excesos". Hace seis años, sobre la crisis anterior, "se contrajo el PIB, se disparó la deuda, se congelaron las pensiones, se recortó en servicios públicos y en sueldo a funcionarios. El barco terminó de hundirse", criticó.

En esas aguas navegaba Romero. Reconoció que "seguro" -otro cliché- "podrían haberse las cosas mejor". Y a la vez felicitó a Jesús Aguirre (PP) por su gestión, el consejero de Sanidad. Habló mucho de "proponer en positivo", en educación, sanidad, inversiones... Indicaba una y otra vez que los grupos, incluyendo el suyo, deben acudir para hacer propuestas. Pero no realizó ninguna. Lógicamente, estando en el Gobierno, las propuestas de Ciudadanos se reflejan en el Boja. "Podría anunciar muchas medidas que se han tomado, pero no me voy a extender".

Cuando se acercaba el final de su intervención, Romero dijo que deben mantener el espíritu que les llevó a 2018 al Gobierno. "Hay que reconstruir económica y socialmente Andalucía": Habló de servicios sociales, sanidad, educación, finanzas, asuntos como el de la mujer (lo que más distancia a Ciudadanos de Vox, posiblemente), de ciencia y de cultura. Un repaso a las áreas de Gobierno sin tratar de sacar pecho de las que dirigen en su partido. Con probabilidad, el discurso lo presentó así para no ahondar en trifulcas y construir en positivo, como anunciaba. Pero le faltó a Romero colimillo y defender a los suyos particularmente, a sus consejeros, de los envites de la oposición. Especialmente en Educación. Si el partido cree decididamente en Imbroda como consejero, no hubo guantes en su intervención al ex entrenador de baloncesto.

En el turno de intervención de respuesta a Ciudadanos de Moreno Bonilla, éste lo primero que hizo fue criticar a Susana Díaz por no estar en el Parlamento, rompiendo con la dinámica de Romero. "Parece que no tiene interés en escuchar a Ciudadanos", dijo en resumidas cuentas el presidente. Miró más a la bancada de su izquierda, la oposición, que a la de la derecha, donde está situado Romero. Más guerrillero que Romero, sin duda. El presidente de la Junta puso la guinda para otro pastel diferente que había cocinado Romero, para pasar desapercibido.

Sobre el autor:

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Pablo Fdez. Quintanilla

Licenciado en Periodismo y Máster en Comunicación Institucional y Política por la Universidad de Sevilla. Comencé mi trayectoria periodística en cabeceras de Grupo Joly y he trabajado como responsable de contenidos y redes sociales en un departamento de marketing antes de volver a la prensa digital en lavozdelsur.es.

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