La Guerra Fría en Cs Andalucía, que Juan Marín quiere controlar sin que nadie se interponga, continúa con una batalla ganada por el vicepresidente de la Junta en Diputación de Sevilla. Dos asesores del grupo provincial se van a la calle, militantes y del lado del senador Fran Hervías, mano derecha de Arrimadas en la comunidad.
Puede parecer un movimiento menor que adelanta Diario de Sevilla, pero no lo es. Los asesores en instituciones tienen dos perfiles principalmente: o técnicos formados en un área concreta, o militantes. El ideal lo forma la persona que reúna ambos perfiles. En cualquier caso, los dos ceses son del segundo grupo. Personas que necesariamente han apoyado a Marín en otros tiempos pero que se van alineando con un sector crítico. Son ahora militantes perseguidos por el vicepresidente, a quien no le tiembla el pulso para dejar a estas personas sin empleo sin que se les puedan achacar faltas más allá de sus compromisos políticos.
La guerra de Cs tiene dos bandos, los de Marín y los de Arrimadas. La líder a nivel nacional quiere controlar Andalucía, pero no hay una persona que claramente pueda mostrar batalla a Marín, que estando en ejercicio de Gobierno con el PP y sin intención de abandonar al acabar la legislatura, parece difícil de mover. Y todos estos movimientos no parecen más que el anticipo de una guerra que se llevará por delante a varios protagonistas de la política andaluza, aunque aún no se sabe quiénes.
Como ya explicó lavozdelsur.es, de entre los nombres importantes de Cs en el Parlamento y la Junta, la que más fuerza tiene actualmente es Rocío Ruiz, en sintonía con el espíritu renovador dentro del partido naranja y con actuaciones en Servicios Sociales en una línea más progresista que la de otros derechistas del partido. Al menos, en la teoría y declaraciones. Son gente con mayor capacidad para entenderse en el futuro con el PSOE. De su parte quedan, por activa o por pasiva, por estar a su favor o por estar contra Marín, el alcalde de Granada, Hervía y cargos intermedios. Imbroda, por su parte, más afín a la derecha, no es rival para el futuro de Marín y fuentes parlamentarias avisan de que apenas año y medio después de su llegada se le ve "cansado" en la consejería de Educación.
Ciudadanos ha vivido un proceso muy extraño con la salida de Albert Rivera. Los más conservadores a nivel nacional se han marchado. Muchas agrupaciones cambian su rostro ante un futuro electoral cada vez más gris, y quienes están en gobiernos de coalición se mantienen por estar atados a sus tareas ejecutivas. Igea, de Castilla y León, se presentó contra Arrimadas a modo de renovación frente a las tesis de Rivera. Arrimadas, por su parte, se ha demostrado más progresista que nunca. Marín asiste a ese giro con dudas, tras ser muy crítico con Pedro Sánchez y asumir pactos que él no habría firmado en tiempos del coronavirus. Y toda esta incomodidad, cuando aún no se han enfrentado abiertamente ambos sectores en su batalla por el poder. Es una Guerra Fría, porque se batalla en terrenos neutrales. El asalto al Hospital de las Cinco Llagas, el Parlamento, comienza desde Diputación. Ya tiene dos víctimas más
Comentarios